Anticorruptos. Los gobiernos de Occidente han estado confiscando activos robados y procesando a gente vinculada en delitos de corrupción fuera de sus fronteras. (Foto: Bloomberg)
Anticorruptos. Los gobiernos de Occidente han estado confiscando activos robados y procesando a gente vinculada en delitos de corrupción fuera de sus fronteras. (Foto: Bloomberg)

Lo fácil fue haberse birlado el millardo. El país del cual uno es presidente quizás sea pobre, qué lástima, pero también es anárquico, lo cual crea oportunidades. Contralores, policías y fiscales, que debieron haber castigado al que metió la mano en el Tesoro, optan por besarla. Así que los bolsillos del gobernante rebosan de una fortuna mal habida. Solo hay un inconveniente: el mundo se ha vuelto menos tolerante a los cleptócratas.

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