Un juez le dio la razón a los servicios fiscales de Estados Unidos en el pleito contra la multinacional Coca-Cola a la que acusó de no haber contabilizado correctamente sus ganancias en el exterior entre el 2007 y 2009.
El grupo separó gran parte de los ingresos de algunas de sus filiales en el exterior, especialmente Brasil e Irlanda, y así evitó pagar una tasa impositiva más alta en Estados Unidos, dice la sentencia.
El juez intervino tras una demanda de Coca-Cola presentada en el 2015 contra las conclusiones de una auditoría de los servicios fiscales estadounidenses.
Estos concluyeron que durante tres años la multinacional subestimó en US$ 9,000 millones sus ingresos imponibles en Estados Unidos y en consecuencia debería pagar impuestos por US$ 3,400 millones suplementarios.
“Tenemos la intención de seguir defendiendo vigorosamente nuestra posición” dijo la empresa en una nota tras la sentencia.