Jerome Powell compareció junto con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, para explicar los progresos en el desembolso del paquete fiscal previo de US$ 2.2 billones pactado en abril. Photographer: Andrew Harrer/Bloomberg
Jerome Powell compareció junto con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, para explicar los progresos en el desembolso del paquete fiscal previo de US$ 2.2 billones pactado en abril. Photographer: Andrew Harrer/Bloomberg

El presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Jerome Powell, insistió ante el Congreso en la necesidad de “hacer todo lo posible” para aliviar el impacto económico del coronavirus, en medio de las negociaciones legislativas para un nuevo paquete de estímulo fiscal.

Es conveniente recordar que las medidas tomadas para contener el virus representan una inversión en nuestra salud individual y colectiva. Como sociedad, deberíamos hacer todo lo posible para dar un respiro a aquellos que están sufriendo por el bien público”, dijo en una comparecencia virtual ante el comité bancario del Senado.

Desde el lado monetario, aseguró que la Fed está comprometida a usar todas las herramientas disponibles en estos tiempos desafiantes”, tras recortar hasta casi 0% los tipos de interés de referencia, aunque reconoció que “estas acciones son solo parte de una respuesta más amplia del sector público”.

Powell compareció junto con el secretario del Tesoro, , para explicar los progresos en el desembolso del paquete fiscal previo de US$ 2.2 billones pactado en abril y las inyecciones de liquidez aportadas al mercado por el banco central para suavizar las tensiones financieras generadas.

Sin embargo, la magnitud de la crisis, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial del pasado siglo y la tasa de desempleo cerca de 15% en abril por la ola de despidos masivos, ha forzado a nuevas negociaciones de cara a un programa de estímulo fiscal adicional.

La Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobó un nuevo plan de rescate fiscal por valor de US$ 3 billones, que incluye US$ 1 billón para apuntalar a los estados y gobiernos locales, así como otra ronda de pagos directos, incluidos esta vez los inmigrantes sin papeles.

Frente a esto, la y los republicanos -así como algunos demócratas- se oponen tanto al giro a los indocumentados como a rescatar los estados, ya que advierten que en algunos casos sus problemas financieros son previos a la pandemia.

sobrepasa las 90,000 muertes y el millón y medio de contagios por el COVID-19.