Nancy Pelosi se había mostrado renuente a involucrarse en un procedimiento de juicio político contra Donald Trump hasta que estalló el caso de Ucrania. (Foto: AFP/Producción)
Nancy Pelosi se había mostrado renuente a involucrarse en un procedimiento de juicio político contra Donald Trump hasta que estalló el caso de Ucrania. (Foto: AFP/Producción)

La presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi hizo una simple pregunta a sus colegas demócratas durante una reunión privada el miércoles, dirigiéndose a ellos mientras la Comisión de Asuntos Jurídicos de ese recinto legislativo sopesaba las justificaciones para un en una audiencia inicial que derivó en una aguda disputa partidista.

“¿Están listos?”, preguntó a los legisladores. La respuesta fue un sonoro “Sí”.

Los demócratas también ovacionaron de pie al representante Adam Schiff, cuyo informe de la Comisión de Inteligencia catalogó los posibles motivos para un , indicando firmemente que quieren continuar con la pesquisa en lugar de desacelerarla o suspenderla por temor a los costos políticos en las elecciones legislativas del año próximo.

El encuentro fue descrito por personas con conocimiento de la reunión y que hablaron a condición de guardar el anonimato, ya que no están autorizadas a revelar detalles.

Pelosi, quien alguna vez se mostró renuente a involucrarse en un procedimiento de juicio político a resolverse bajo líneas partidistas, ahora está encabezando a sus colegas a una votación que posiblemente se resolverá de esa forma después de que una pesquisa de la cámara baja descubrió que Trump había hecho un grave mal uso de su autoridad al buscar interferencia extranjera en las elecciones de Estados Unidos y posteriormente obstruyó el intento de investigación del Congreso.

El respaldo a favor del juicio político fue enérgico durante la reunión privada de los demócratas, aunque la votación para destituir a Trump podría afectar la imagen de algunos legisladores que representan a regiones en las que el presidente cuenta con apoyo sustancial.

En tanto, el equipo de Trump se desplegaba por el Capitolio. El vicepresidente Mike Pence se reunió en privado con representantes republicanos, mientras que el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, llevó a miembros republicanos de su cámara a un encuentro con funcionarios de la Casa Blanca ante lo que podría ser el primer juicio político presidencial en una generación.

Algunos de los funcionarios en la residencia presidencial aún creen que la impopularidad del intento de juicio político en zonas en las que Trump goza de apoyo evitará que la Cámara de Representantes efectúe su votación. Eso luce poco probable.

En otra parte del Capitolio, los republicanos en la Comisión de Asuntos Jurídicos protestaron por los procedimientos contra el presidente, tildándolos de injustos y de ser acusaciones sin fundamento para invalidar las elecciones del 2016 y destituir a Trump.

“Simplemente no les cae bien”, dijo el representante Doug Collins, el republicano de mayor rango en la comisión. Dijo que los procedimientos son una “desgracia” y una “farsa”.

Trump, quien acudió a una cumbre de la OTAN en Londres, dijo que la audiencia era una “broma” y dudó que mucha gente preste atención “porque va a ser aburrida”.

El presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos, el demócrata Jerrold Nadler, dio una opinión distinta al abrir la sesión.

El asunto es grave y “los hechos que tenemos ante nosotros son indiscutibles”, afirmó.

Pelosi dijo que los demócratas aún “no toman una decisión” sobre si habrá una votación en la cámara baja para llevar a Trump a juicio político, pero es cada vez más probable que haya una antes de Navidad tras la publicación de un informe de 300 páginas por parte de los demócratas de la Comisión de Inteligencia que encontró “comportamiento impropio grave” por parte del mandatario.

En el centro de la pesquisa se encuentra la conversación telefónica del 25 de julio en la que Trump le pidió un “favor” a Ucrania: investigar a sus rivales demócratas, incluyendo a Joe Biden. En ese momento, Trump estaba reteniendo US$ 400 millones en asistencia militar a ese país aliado, que enfrenta hostilidades de Rusia en su frontera.

Nadler dijo que la llamada telefónica con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy no era la primera vez que Trump buscó que un país extranjero influyera en las elecciones de Estados Unidos, haciendo referencia a la injerencia de Rusia en el 2016.

“No podemos esperar a las elecciones para atender la crisis actual”, afirmó Nadler. “El presidente nos ha demostrado su patrón de comportamiento. Si no tomamos medidas para detenerlo ahora, es casi seguro que el presidente Trump intente de nuevo solicitar la interferencia en las elecciones para su beneficio político personal”.