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La Casa Blanca ha desarrollado propuestas que limitan fuertemente las visas de trabajo a medida que la nación se recupera de la pandemia de coronavirus. No obstante, todavía falta que el presidente, Donald Trump, decida si impulsar cambios que podrían detener efectivamente la entrada de trabajadores extranjeros hasta el otoño boreal.
Una posibilidad en consideración restringiría el ingreso de personas a EE.UU. bajo diferentes categorías de visas, incluido el programa H1-B para trabajadores altamente calificados, por hasta 180 días, según dos personas familiarizadas con la propuesta. Solicitaron el anonimato.
Es posible que aquellos trabajadores que han recibido estas visas pero permanecen fuera del país no puedan ingresar hasta que expire la orden. La medida afectaría a cientos de empresas y miles de personas; la visa H1-B se otorga a aproximadamente 85,000 trabajadores por año.
Pero el presidente, que está pasando un largo fin de semana en su resort de golf Bedminister en Nueva Jersey, aún no ha tomado una decisión final sobre cómo proceder, y la administración también está evaluando diferentes posibilidades.
“La administración está evaluando actualmente una amplia gama de opciones, formuladas por expertos profesionales, para proteger a los trabajadores estadounidenses y a quienes buscan trabajo, especialmente a ciudadanos desfavorecidos y desatendidos, pero no se han tomado decisiones de ningún tipo”, dijo Hogan Gidley, portavoz de la Casa Blanca, en un comunicado.
Las posibles restricciones a H-1B fueron informadas el jueves por Wall Street Journal. El presidente también está considerando nuevas regulaciones que elevarían los estándares para los inmigrantes que esperaban obtener asilo y una norma que permitiría a jueces de inmigración negar solicitudes sin permitir a inmigrantes testificar en los tribunales, informó el diario New York Times el viernes.
Las diversas propuestas se dan en un momento en que el presidente busca reforzar su ideología “America First” (“EE.UU. Primero”) antes de las elecciones de noviembre. Sus índices de aprobación han caído en medio de la destrucción a nivel de salud y economía causada por el brote, que hasta ahora ha cobrado la vida de al menos 114,000 estadounidenses.
Una orden ejecutiva firmada por Trump en abril que detuvo la emisión de nuevas tarjetas verdes para posibles residentes permanentes de EE.UU. generó que el Gobierno evaluara si las restricciones deberían extenderse o modificarse dentro de 50 días, o el 12 de junio.
Trump en ese momento sugirió que podía extender la prohibición de inmigración para ayudar a proteger los empleos de los ciudadanos estadounidenses a medida que el país se recuperaba de la pandemia de coronavirus.
“Queremos cuidar a nuestros ciudadanos primero”, dijo Trump. “Debemos hacerlo. Y es una orden muy poderosa. Es por 60 días. Al cabo de 60 días, o tal vez incluso durante los 60 días, podré extenderla o no”.
Las restricciones también podrían afectar la visa J-1 para los trabajadores a corto plazo y la visa L-1 para trabajadores con traslados dentro de sus empresas. Es posible que los trabajadores que ya tienen las visas pero están fuera del país no puedan reingresar al país, dijo el jueves el abogado de inmigración Greg Siskind.
La orden ejecutiva original de Trump fue redactada apresuradamente después de que tuiteó en el apogeo de la pandemia de coronavirus que planeaba “suspender temporalmente la inmigración hacia EE.UU.”
Su tuit sorprendió a empresas, agricultores e incluso a algunos asistentes de la Casa Blanca, y sucedió antes de que los abogados del equipo del presidente hubieran terminado de redactar la orden ejecutiva. Críticos de la administración dijeron que la medida dificultaría que las familias afectadas por el coronavirus se reunieran e interrumpiría intentos de las empresas por emplear a trabajadores esenciales.