Su industria fue un "daño colateral" en el marco de un ataque más amplio a las instituciones democráticas, señaló Antonio Mugica. (Foto: REUTERS/Henry Nicholls)
Su industria fue un "daño colateral" en el marco de un ataque más amplio a las instituciones democráticas, señaló Antonio Mugica. (Foto: REUTERS/Henry Nicholls)

Las teorías de la conspiración sobre cómo fueron usadas las máquinas de votación para impedir la reelección de no solo han minado la fe de los estadounidenses en el proceso democrático, sino que también representan una amenaza existencial para el mercado de sistemas de votación electrónica en todo el mundo, dijo Smartmatic.

Antonio Mugica, director ejecutivo de Smartmatic, con sede en Florida, opinó que las afirmaciones infundadas que han hecho circular Trump y sus aliados sobre la empresa y uno de sus competidores, Dominion Voting Systems, están teniendo un efecto dominó fuera de Estados Unidos, ya que autoridades de otros países se están mostrando reacias a firmar acuerdos o han advertido que están reevaluando sus contratos.

“No creo que haya un cliente en el mundo que no nos haya contactado para decirnos que esto es un problema y que podría poner en peligro nuestra relación futura -en el caso de los clientes existentes- o un nuevo contrato potencial”, dijo Mugica.

Su industria fue un “daño colateral” en el marco de un ataque más amplio a las instituciones democráticas, señaló.

Mugica no se decidió a aventurar el costo que tendrá para su negocio, pero dijo que, en el caso de Colombia, un país donde su empresa llevaba años intentando entrar, “mi equipo de ventas me informó que estamos encallados por esta situación”.

Una máquina de voto Smartmatic. (Foto: Reuters)
Una máquina de voto Smartmatic. (Foto: Reuters)

Las autoridades electorales del país sudamericano aseguraron que hasta el momento no se habían iniciado negociaciones con Smartmatic.

Mugica dijo que la compañía está haciendo lo que puede para combatir la desinformación.

Gran parte de la página de inicio de su web está dedicada a rebatir las conspiraciones, recientemente contrató al abogado experto en difamación J. Erik Connolly, y el viernes escribió a Fox News Channel exigiendo que se retracte de las acusaciones formuladas por los abogados de Trump Rudy Giuliani y Sidney Powell, así como los presentadores Lou Dobbs y Maria Bartiromo.

Es cierto que la votación asistida por máquinas -ya sea a través de pantallas táctiles, software de tabulación de sufragios o libros de cómputo digitales- lleva años siendo objeto de dudas persistentes en torno a su seguridad y fiabilidad.

No obstante, no hay indicios de que las elecciones estadounidenses del 2020 se hayan visto afectadas por problemas importantes o de gran alcance, según funcionarios electorales de ambos partidos; un juicio confirmado por recuentos en dos estados indecisos, un litigio exhaustivo y una investigación del Departamento de Justicia.

Los observadores internacionales respaldaron la integridad de la votación, al igual que una variedad de funcionarios del propio gobierno de Trump, quienes lo describieron como “la más segura en la historia de Estados Unidos”.

Eso no ha impedido que Trump, quien lleva tiempo promoviendo las teorías de la conspiración, continúe afirmando sin pruebas que el fraude electoral generalizado fue el culpable de su derrota ante el presidente electo Joe Biden el 3 de noviembre.

Smartmatic, que ha proporcionado máquinas de votación, software de recuento de sufragios y sistemas de gestión de elecciones a más de dos docenas de países, incluidos Bélgica, Argentina y Noruega, ha aparecido en varias de las teorías de la conspiración impulsadas por el mandatario y sus aliados.

Entre las acusaciones destacan que Smartmatic, actuando a instancias del inversor multimillonario George Soros o el fallecido líder venezolano Hugo Chávez, reprogramó las máquinas proporcionadas por la canadiense Dominion Voting Systems para transferir votos de Trump a Biden.

Smartmatic, sin embargo, no tiene ninguna relación actual con Dominion y casi no tuvo nada que ver con las elecciones de noviembre. Smartmatic ayudó a contar los votos solo en el condado de Los Ángeles, de tendencia izquierdista, donde la victoria de Biden nunca estuvo en duda.

Tales mentiras sobre el fraude electoral se han arraigado en la mente de muchos en la derecha estadounidense, según una encuesta de Reuters/IPSOS publicada el mes pasado, que mostró que la mitad de los republicanos cree que las elecciones le fueron robadas a Trump.

Desde entonces, las versiones de la conspiración Smartmatic se han filtrado en otros países donde la compañía ha trabajado, como Brasil y Filipinas, dijo Mugica, quien agregó que el impacto de las acusaciones de la gente de Trump se sentirá mucho más allá de su empresa.

“Esto, para nosotros, es existencial”, dijo Mugica. “Pero es muy importante para toda la industria y, en última instancia, para la democracia misma”.