La pieza está considerada como la “Mona Lisa de las monedas”, según los representantes de Sotheby’s, porque es la única de su tipo que está aun en manos privadas. (Imagen referencial: Reuters).
La pieza está considerada como la “Mona Lisa de las monedas”, según los representantes de Sotheby’s, porque es la única de su tipo que está aun en manos privadas. (Imagen referencial: Reuters).

Una moneda de Águila Doble de 1933 fue subastada por US$ 19.5 millones en , convirtiéndola en la más cara de la historia en ser vendida al mejor postor tras superar notablemente los US$ 15 millones de valor máximo que se le había otorgado.

La moneda tardó sólo 4 minutos en subir de los US$ 7 millones de precio de salida a los US$ 16.7 millones de precio de martillo, que al sumarle tasas e impuestos se situó en los US$ 19.51 millones.

La pieza está considerada como la “Mona Lisa de las monedas”, según los representantes de Sotheby’s, porque es la única de su tipo que está aun en manos privadas, puesto que el resto son propiedad de la Casa de la Moneda de Estados Unidos.

La moneda, de un dorado reluciente y que tiene un valor nominal de 20 dólares, fue diseñada por el conocido escultor Augustus Saint-Gaudens, pero nunca llegó a circular, puesto que fue retirada cuando el expresidente Franklin Roosevelt decidió en 1933 que Estados Unidos dejaría de respaldar su moneda a las reservas de oro como medida para controlar la depresión económica que azotaba el país.

Tanto esta moneda, como otros dos importantes sellos que fueron vendidos en la misma subasta, eran propiedad del diseñador Stuart Weitzman, de 79 años, que decidió deshacerse de los tres artículos después de haberlos poseído durante varios años.

“Era un sueño de su niñez poseer el mejor sello del mundo, la mejor moneda del mundo y el mejor sello estadounidense del mundo”, explicó el director del Departamento de Libros y Manuscritos de Sotheby’s, Richard Austin.

Por su parte, el considerado como el sello más valioso del mundo, el Magenta de 1 centavo de la Guyana Británica, fue subastado por US$ 8.3 millones en una venta de menos de un minuto, notablemente por debajo del precio mínimo de US$ 10 millones que habían estimado los expertos de la casa de subastas.

De este sello, expedido en 1856, solo se conoce un ejemplar, que fue redescubierto en 1873 por un niño de 12 años aficionado a la filatelia que vivía allí con su familia y que lo encontró entre una serie de papeles, quedándoselo sin conocer su carácter extraordinariamente único.

Mientras, en bloque de cuatro sellos del sello más popular de Estados Unidos, el “Jenny invertida”, alcanzó los US$ 4.8 millones, también por debajo del precio mínimo de US$ 5 millones que habían calculado en Sotheby’s.

En los sellos, comprados por primera vez en 1918, aparece un avión biplano Curtis JN-4, apodado “Jenny”, y que por un error de imprenta estaba del revés.