Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

Las empresas mexicanas se unen a la fiebre mundial de los bonos, después de meses de emisiones tímidas a causa de las preocupaciones de que las políticas del presidente perjudiquen a las empresas.

Grupo Bimbo SAB, el fabricante del pan Wonder Bread y las tortillas Tía Rosa, aumentó el tamaño de su venta de bonos esta semana a US$ 600 millones, en comparación con los US$ 500 millones planeados. Industrias Peñoles SAB, la mayor minera de plata del mundo, recaudó el jueves US$ 1,100 millones. Finalmente, el fabricante de productos químicos Alpek SAB contrató bancos para celebrar reuniones con inversionistas en Estados Unidos y Londres la próxima semana.

Se están uniendo a un atracón de deuda mundial en el que las corporaciones habían vendido hasta el jueves, un récord para la primera semana de septiembre. Para los emisores mexicanos, es un cambio respecto a los primeros ocho meses del año, cuando las ventas de US$ 4,800 millones representaban una disminución de 33% respecto al mismo lapso en el 2018.

Las ventas se mantendrán sólidas hasta diciembre, mientras los directores de finanzas mexicanos “aprovechan los atractivos niveles de las tasas de interés de EE.UU. para los bonos de mayor duración en comparación con lo que hay disponible en los mercados locales”, asegura Jennifer Gorgoll, gerente de cartera en Neuberger Berman Group, con sede en Atlanta. Gorgoll espera que los prestatarios corporativos y cuasisoberanos en México recauden más de US$ 10,000 millones durante el resto del año.

Abundan las preocupaciones sobre la política errática de López Obrador, y los inversionistas a menudo mencionan su decisión de cancelar un proyecto de aeropuerto parcialmente construido en Ciudad de México como un excelente ejemplo de los riesgos en cuestión. Eso ha contribuido a un clima de inversión estancado, ya que las empresas y los inversionistas permanecen a la espera.

Pero el canto de sirena del dinero barato es difícil de ignorar, y las compañías están viendo una fuerte demanda de su deuda en un mundo donde US$ 15.5 billones en bonos tienen rendimientos negativos en la actualidad.

Las ventas al exterior de México podrían despegar si la productora estatal de petróleo, conocida como Pemex, se lanza al ruedo. Si bien la empresa petrolera importante más endeudada del mundo hasta ahora se ha resistido a llegar al mercado, tiene US$ 1,300 millones en notas con vencimiento a fines de este año y aproximadamente US$ 8,000 millones con vencimiento en el 2020, según datos compilados por Bloomberg.

A pesar de las preocupaciones por López Obrador, México es visto por los inversionistas en mercados emergentes como una opción bastante estable. En comparación con las empresas de un país como Argentina, donde la economía está tribulada en medio del probable regreso de un gobierno de izquierda, los emisores mexicanos parecen sólidos.

“Puede ser extraño decir esto casi un año después del inicio de la administración AMLO, pero México ahora se ha convertido en un refugio seguro”, afirma Roger Horn, estratega sénior de mercados emergentes de SMBC Nikko Securities America en Nueva York. “Por eso hay tanta demanda de empresas mexicanas con grado de inversión”.

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