Villa Zavaleta es apenas una de las 4.100 barriadas pobres de Argentina, en las que viven 1.340.000 personas, según una evaluación del gobierno y las ONG. (Foto: AFP)
Villa Zavaleta es apenas una de las 4.100 barriadas pobres de Argentina, en las que viven 1.340.000 personas, según una evaluación del gobierno y las ONG. (Foto: AFP)

El inició este lunes la distribución de 560,000 tarjetas alimentarias en los populosos distritos de la provincia de Buenos Aires que rodean la capital con el fin de asistir a los sectores más pobres y garantizar su acceso a la canasta básica de alimentos.

Las tarjetas Alimentar, que solo pueden ser utilizadas para adquirir alimentos y no permiten extraer dinero de los cajeros automáticos, fueron la primera medida que lanzó el Gobierno del peronista Alberto Fernández pocos días después de asumir la presidencia el 10 de diciembre pasado, aunque su distribución a nivel nacional demandará al menos hasta marzo.

El gobierno admite que el problema social es brutal

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, encabezó este lunes el primer operativo de entrega de tarjetas en un gimnasio de la localidad de Almirante Brown, en la zona sur del denominado Gran Buenos Aires, a donde se acercaron miles de mujeres para recibir la asistencia estatal.

“Queda claro que no puede haber hambre en y no puede haber malnutrición”, subrayó el ministro de Desarrollo Social al dar inicio a la entrega de tarjetas en el municipio bonaerense, que fue acompañada por un curso de nutrición para las mujeres para incentivar el consumo de leche, carne, frutas y verduras.

Arroyo reconoció que la multitudinaria asistencia al acto se debió a que "el problema social es brutal en la Argentina".

“En la Argentina hay muchos problemas pero sobre todo dos: el primero es que mes tras mes baja el consumo de leche y eso es una vergüenza, y el segundo es que la Argentina debe reconstruirse desde lo básico, todos tienen que comer”, subrayó Arroyo.

El ministro remarcó que el país es un gran productor de alimentos "y por lo tanto no puede haber hambre, todos tienen que acceder a la canasta básica".

Inyección de fondos para activar una economía en recesión

Las tarjetas Alimentar del Banco Nación estatal cuentan con una carga mensual de 4,000 pesos (US$ 63 a la cotización actual oficial) para las madres que tienen un hijo menor de 6 años, y con 6,000 pesos (US$ 95) para las que tienen dos o más hijos menores de 6 años.

También las reciben las mujeres a partir del tercer mes de embarazo y las personas con discapacidad que ya cobran alguna asignación social.

En las zonas rurales o más alejadas, donde no hay acceso fácil a la compra de alimentos con tarjeta, se distribuirán módulos alimentarios -cajas con distintos alimentos- a través de las postas sanitarias.

El plan prevé que la tarjeta llegue en un plazo de cuatro semanas a 24 municipios de la provincia de Buenos Aires.

El Gobierno inyectará así unos 2,800 millones de pesos (unos US$ 44.4 millones) cada mes en la economía provincial a través de este sistema, que se suma a la Asignación Universal por Hijo (AUH) que perciben los jefes de hogar con hijos menores de edad que están desocupados y cobran un salario menor al mínimo.

El funcionario, con amplios antecedentes en anteriores gestiones peronistas en las áreas de desarrollo social, destacó que la tarjeta Alimentar también representa "un gran plan de trabajo" porque impulsa el crecimiento de la agricultura familiar y la economía popular y movilizará la economía nacional, en recesión desde abril del 2018.

"Estamos haciendo lo que llamamos una reconstrucción de abajo hacia arriba", precisó Arroyo.

La crisis económica que azota a la Argentina generó en los últimos meses un aumento de la pobreza, que alcanza a más de un tercio de la población, y del desempleo.