España
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El retorno a la estabilidad tiene sus límites.

La economía de la zona del euro creció el año pasado al ritmo más rápido en una década y el desempleo cayó al menor nivel desde la crisis financiera global.

El verano (boreal) ha llegado temprano y todo indica que el factor de bienestar persistirá entre los europeos con la ayuda de campeonato mundial de fútbol que comenzará en el mes próximo. Pero no lo parecería a juzgar por la política del continente.

está sumida en el caos y enfrenta otra elección que es probable que no haga más que fortalecer a los partidos hostiles al establishment. Quienes se oponen al presidente del gobierno español impulsan un voto de retiro de la confianza y planean elecciones anticipadas.

También están las difíciles conversaciones del sobre el Brexit, que podrían alcanzar otra instancia crítica en junio. El presidente francés, Emmanuel Macron, impulsa reformas económicas que han generado una ola de huelgas y afectado su popularidad.

Todo eso pasa mientras la trata de mantener la oposición a los aranceles comerciales de los Estados Unidos, hacer frente a una Rusia que resurge y monitorear una posible crisis en la vecina Turquía.

“Hace apenas tres meses la confianza en relación con Europa era mucho más positiva debido al crecimiento, pero también lo era respecto de la situación política en general”, dijo Mujtaba Rahman, director gerente para Europa de la firma de análisis Eurasia Group en Londres. “Es un nuevo ejemplo de la rapidez con que pueden cambiar los ánimos”.

No es que Europa viva en una permanente situación de crisis, sino que las alentadoras estadísticas económicas y la relativa calma de los mercados financieros han servido para disimular la decepción y las divisiones, sobre todo en el sur. El resultado es un repentino retorno del riesgo político para los inversores que no parece que vaya a ceder en las próximas semanas o meses.

En Italia, el presidente Sergio Mattarella le pidió a un ex director del Fondo Monetario Internacional que forme gobierno y se prepare para nuevas elecciones. Los líderes populistas que buscan llegar al poder condenaron a Mattarella por el derrumbe de la coalición que planeaban y, sugiriendo la existencia de una conspiración internacional contra Italia, aclararon que la inminente campaña se concentrará en Europa y el euro (a favor o en contra).

El rendimiento de la deuda gubernamental italiana a dos años aumentó al mayor nivel en cuatro años.

En Madrid, el Partido Socialista opositor presentó una moción de retiro de la confianza a luego de una serie de escándalos de corrupción en el seno de su Partido Popular. El partido Ciudadanos, que encabeza las encuestas, presionó a Rajoy a convocar a elecciones con la amenaza de tratar de forzar la convocatoria si el presidente del gobierno no lo hacía.

“Las cosas tienen que empeorar antes de que puedan mejorar”, dijo Carsten Nickel, director gerente de Europa de la consultora de riesgo político Teneo Intelligence. “Cuando retorne la presión del mercado, si lo hace, el contexto político es mucho peor que hace seis o siete años. Será mucho más difícil avanzar”.

Aclarado eso, aún se está muy lejos del contagio que definió la crisis europea que partió de Grecia. Se ha hecho mucho por mitigar las posibles consecuencias, como por ejemplo las últimas medidas tomadas el viernes para reformular las reglas bancarias y fortalecer la unión de la zona del euro.

España no es Italia. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha hablado de la necesidad de estabilidad para “ganar la batalla intelectual contra populistas y nacionalistas”.

La economía crece alrededor de 3% y el déficit presupuestario se encamina a cumplir con los límites de la UE por primera vez en 10 años. Casi con seguridad, una elección llevará a políticas proeuropeas y más favorables al mercado.