La excolonia británica conserva un lugar preponderante para la segunda potencia económica del planeta. (AFP)
La excolonia británica conserva un lugar preponderante para la segunda potencia económica del planeta. (AFP)

pesa menos actualmente para el PBI chino que cuando fue devuelta a China en 1997, pero la región semiautónoma, sacudida por un sin precedentes, sigue siendo para Pekín la principal puerta de entrada al mundo.

La crisis política en la excolonia británica pone en peligro la y podría acarrear consecuencias peores que las de la crisis financiera del 2008, advirtió recientemente la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, designada por Pekín.

Tal desaceleración tendría consecuencias para Pekín, aunque el PBI de Hong Kong ya solo represente el 3% del de China, frente a cerca de 18.5% en 1997, según los datos del Banco Mundial.

Pero la excolonia británica conserva un lugar preponderante para la segunda potencia económica del planeta.

"La importancia de Hong Kong en la economía china es desproporcionada respecto a su tamaño" de apenas 1,100 km2, señala Tianlei Huang en un análisis para el Instituto Peterson, con sede en Washington.

Desde 1997, Pekín "desarrolló intereses económicos y comerciales enormes en este territorio. Los dirigentes chinos se dan cuenta de que, para asegurar su propia prosperidad, China sigue necesitando un Hong Kong capitalista".

Sobre todo porque algunos de ellos poseen fondos en los bancos hongkoneses e invirtieron directamente en el sector inmobiliario, empresas o comercios del territorio.

“Hay inversiones masivas en Hong Kong de lo que se llama la aristocracia roja”, miembros de la dirección del partido comunista chino, subraya Willy Lam, analista en la universidad china de Hong Kong.

Libre circulación de capitales

El territorio semiautónomo ocupa la 4ª posición en la clasificación 2019 del Banco Mundial sobre la viabilidad para hacer negocios, mientras que la China continental se sitúa en el puesto 46.

Miles de empresas chinas se benefician de la gran facilidad de circulación de capitales, al contrario de lo que ocurre en el resto del país.

Según el Consejo de Desarrollo del Comercio de Hong Kong (HKTDC), cerca del 60% de las inversiones provenientes de China pasan por Hong Kong. En la otra dirección, la región semiautónoma es la mayor fuente de inversiones directas extranjeras en China continental, según el HKTDC.

Gran plaza financiera

Hong Kong es una de las mayores plazas financieras del mundo y gran parte de las sociedades chinas cotizan allí.

Desde 1986, nueve de las diez mayores entradas en bolsa en este mercado son de empresas chinas, según el Hong Kong Exchanges and Clearing Limited (HKEX), que gestiona el índice Hang Seng.

Las acciones del gigante de internet Tencent y de la aseguradora Ping An ya se intercambian. Y el titán del comercio electrónico Alibaba, que cotiza en Nueva York, contempla una segunda cotización en la excolonia británica para garantizar un acceso a los inversores asiáticos en plena guerra tecnológica entre Pekín y Washington.

Pero las empresas chinas presentes en la Bolsa de Hong Kong podrían verse duramente afectadas si el movimiento de protesta anti-Pekín continúa.

"La capacidad de [la excolonia] en mover capitales para las empresas chinas se verá erosionada si la inestabilidad política persiste", apunta Ming Sing, profesor en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong.

La retrocesión del territorio en 1997 se enmarcó bajo el principio "un país, dos sistemas", un estatus especial que debe permanecer en vigor cincuenta años.

Esta autonomía ofrece seguridad jurídica a miles de empresas extranjeras (bancos, aseguradoras, consultoras) y a cientos de compañías chinas.

“Las multinacionales estadounidenses, europeas y asiáticas quieren firmar sus contratos en Hong Kong, pues serán sometidos a leyes y regulaciones de tipo británico”, precisa Willy Lam. “En Shanghái, no existe ninguna protección comparable”.

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