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El huracán Idalia se fortalecía el martes a medida que se acercaba a la costa de Florida en el Golfo de México, donde las autoridades ordenaron evacuaciones e instaron a millones de residentes a prepararse para una posible tormenta de categoría 3 que tocaría tierra el miércoles.
Idalia alcanzaría la categoría de huracán de gran intensidad, con vientos sostenidos de al menos 179 kph (111 mph), el miércoles por la mañana antes de tocar tierra más tarde el mismo día, dijo el Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami.
El CNH proyectó que el centro de Idalia probablemente cruzaría la costa de Florida en algún lugar de la región de Big Bend, donde el norte de la península de Florida se curva hacia el lado del Golfo de México.
La tormenta seguía una trayectoria incierta mientras giraba hacia el norte sobre las cálidas aguas del Golfo de México.
La mayor parte de los 21 millones de habitantes de Florida, así como los del sur de Georgia y Carolina del Sur, están bajo aviso de huracán, tormenta tropical y marejada ciclónica.
Las autoridades dijeron que la principal amenaza para la vida humana de Idalia se derivaba de las marejadas de agua de mar que serían empujadas tierra adentro por los fuertes vientos, inundando las zonas costeras bajas.
Se emitieron avisos de mareas de tempestad en cientos de kilómetros de costa, desde Sarasota, en el norte, hasta Tampa e Indian Pass, en el extremo occidental de la bahía de Apalachicola.
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Marejadas de hasta 3,6 metros de altura
En algunos puntos la marejada podría alcanzar entre 2.44 mts y 3.65 mts (8 a 12 pies) de altura, dijo el Centro Nacional de Huracanes.
La marejada ciclónica y las inundaciones urbanas repentinas hicieron que los huracanes anteriores fueran mortales, dijo la jefa de la FEMA, Deanne Criswell, en CNN el martes.
“El asesino número 1 en todas estas tormentas es el agua”, dijo.
Los residentes de San Petersburgo que viven en zonas propensas a las inundaciones fueron instados a salir por la tarde del martes, el jefe de la policía de la ciudad Anthony Holloway dijo en CNN.
“Esas marejadas van a ser lo que realmente nos preocupe, las inundaciones en nuestra ciudad”, comentó a CNN, añadiendo que la ciudad había abierto cuatro refugios para aquellos que necesitaran abandonar sus hogares.
Idalia se intensificó hasta convertirse en huracán a primera hora del martes. Se espera que alcance la categoría 3 -clasificada como huracán de gran intensidad- en la escala de vientos Saffir-Simpson de cinco niveles antes de que toque tierra en Florida el miércoles, según el CNH.
Sería el cuarto gran huracán que golpea Florida en los últimos siete años, después de Irma en 2017, Michael en 2018 e Ian, que alcanzó la categoría 5, el pasado septiembre.
El CNH dijo que Idalia se encontraba a unos 515 km (320 millas) al suroeste de Tampa mientras avanzaba hacia el norte, con vientos máximos sostenidos de 130 kph (80 mph).
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Paso por cuba
Los cubanos se apresuraron a evacuar las ciudades costeras, asegurar las casas y los barcos de pesca, mientras Idalia permanecía durante horas el lunes cerca del extremo occidental de la isla caribeña.
A media tarde, aguas marrones habían inundado el pequeño pueblo pesquero de Guan, a una hora en coche al sur de La Habana.
Autobuses con décadas de antigüedad a los que les faltaban partes del suelo y ventanas transportaban a mujeres y niños a zonas más elevadas mientras el viento aullaba, sacudiendo los tejados de hojalata y golpeando las barcas de pesca escondidas en los manglares.
“Ya hemos tenido dos días de lluvia”, dijo Yadira Álvarez, de 34 años, mientras se preparaba para la evacuación con sus cinco hijos. “Intentamos prepararnos, pero hagamos lo que hagamos todo quedará empapado”.
Las aguas pluviales ya llegaban a la altura de las rodillas dentro de su casa, dijo.
Más al oeste, vientos más intensos y cercanos al centro de la tormenta azotaban la provincia de Pinar del Río, rica en tabaco y hogar de la materia prima de algunos de los mejores puros cubanos del mundo.
Las autoridades han evacuado a decenas de miles de personas de esa provincia, así como de la vecina Artemisa, mientras que la capital cubana, La Habana, ha quedado anegada por fuertes chubascos.
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Evacuaciones a terrenos más elevados
El lunes comenzó la evacuación de las islas barrera y otras zonas bajas de la costa del Golfo de Florida.
Shannon Hartsfield, que dirige un barco pesquero en la bahía de Apalachicola, en el extremo sur del estado, hizo caso de las advertencias, aunque vive al oeste de donde se esperaba que que la tormenta toque tierra.
Hartsfield y muchos otros pescadores habían sacado la mayoría de sus barcos de la bahía y los habían trasladado a terrenos más elevados, dijo. Otros que se quedaron sin tiempo y dejaron atrás sus trampas para cangrejos deben ahora esperar para evaluar sus pérdidas tras la tormenta.
Desde el martes hasta el jueves, la costa de Florida en el Golfo de México, junto con el sureste de Georgia y partes orientales de Carolina del Norte y Carolina del Sur se enfrentarían a lluvias torrenciales que podrían arrojar entre 10 a 20 cm (4 a 8 pulgadas) de agua que podrían desencadenar inundaciones dispersas, sumadas a las inundaciones por las mareas de tormenta, advirtió el centro de huracanes.
Los distritos escolares de toda la región cancelaron las clases a partir del lunes por la tarde. El Aeropuerto Internacional de Tampa planeaba suspender las operaciones comerciales a partir del mediodía del martes.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el estado de emergencia para 46 condados de Florida. Unos 5,500 efectivos de la Guardia Nacional fueron movilizados y miles de trabajadores de la electricidad se preparaban para ayudar a restablecer la energía rápidamente después del paso del huracán.
Lejos al este de Idalia, el huracán Franklin, el primer gran huracán de la temporada, serpenteaba en el Atlántico, y se pronosticaba que giraría hacia el noreste en los próximos dos días. La tormenta de categoría 4 amenazaba con traer fuertes marejadas a las Bermudas y a la costa este de Estados Unidos a lo largo de la semana.
Fuente: Reuters
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