En esta foto de archivo tomada el 26 de marzo de 2019, un trabajador tapa una tubería en el sitio de construcción del gasoducto Nord Stream 2 en Lubmin, noreste de Alemania. (TOBIAS SCHWARZ / AFP).
En esta foto de archivo tomada el 26 de marzo de 2019, un trabajador tapa una tubería en el sitio de construcción del gasoducto Nord Stream 2 en Lubmin, noreste de Alemania. (TOBIAS SCHWARZ / AFP).

El Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) advierte de una inflación de hasta el 7% por la guerra en Ucrania y de hasta el 10% en caso de un embargo al gas y petróleo rusos.

Si hay un embargo de petróleo y gas o si (el presidente ruso Vladímir) Putin cierra el grifo del gas, es posible que haya tasas de inflación de hasta el 10%”, afirmó el presidente del DIW, Marcel Fratzscher, en el podcast “Wochentester” del “Kölner Stadt-Anzeiger” y la red de medios “RedaktionsNetzwerk Deutschland” (RND).

Agregó que incluso sin esa escalada, cabe esperar tasas de inflación de entre el 6% y el 7%.

Los políticos deben ser sinceros con la gente y decir que, si acaba habiendo un embargo y ya no hay más suministros de petróleo y gas, no nos sirven ni tres Catars ni Emiratos Árabes Unidos”, dijo.

Según Fratzscher, la única vía sensata de afrontar la situación en los próximos uno o dos años es la renuncia por parte de los consumidores.

O sea, ir menos en coche, domingos sin coches, límite de velocidad en la autopista. Tenemos que ahorrar notablemente en calefacción. Y en las empresas con alto consumo energético habría cierres temporales. Esa es la verdad”, indicó.

No obstante, los alemanes no son ni de lejos los más afectados por la guerra, dijo, y agregó que tras Ucrania -y Rusia como Estado beligerante-, los principales perjudicados serán aquellos países que dependen de las importaciones de alimentos.

No tenemos en cuenta que los precios de los alimentos estén subiendo. Rusia y Ucrania exportan el 30% del trigo mundial. Rusia también exporta fertilizante potásico. Un país como Egipto tiene que importar por completo el trigo. Si el precio sube un 30%, millones de personas caerán en la pobreza”, precisó.

En este sentido, dijo que lo que le horroriza es que “aún no hemos visto lo peor”.

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