Una imponente máquina retumba en la granja de Julio Rinco en el estado de Sao Paulo, envolviendo cafetales enteros y sacudiendo sus granos que se recogen en cintas transportadoras en el interior.

Con el uso creciente de la mecanización y de otras nuevas tecnologías, los dos principales productores de café del mundo, y , están logrando un crecimiento de productividad que supera al de Colombia y otros rivales en América Central y África.

Y están listos para fortalecer su control del mercado.

Una caída de los precios del café en los últimos meses a mínimos de 13 años ha comenzado a desencadenar una fuerte sacudida en un mercado en el que ahora solo prosperarán los más eficientes, según intermediarios y analistas de

Es cada vez más probable que los productores rivales en otras partes del mundo se vean marginados y no puedan ganar dinero con un cultivo al que se han dedicado por generaciones. Algunos ya están recurriendo a siembras alternativas, mientras que otros simplemente abandonan sus fincas.

“Brasil y Vietnam han elevado constantemente la productividad y otros países no”, dijo Jeffrey Sachs, director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia, que mencionó avances en mecanización, técnicas de selección de cultivos y tecnología de riego.

En Colombia y Centroamérica, el café se cultiva típicamente en laderas donde la mecanización es más difícil y la recolección manual del grano ha mantenido los costos de producción relativamente altos. África está dominada por pequeños agricultores que a menudo no consiguen capital para invertir en nuevas técnicas.

Rinco compró su cosechadora por alrededor de 600,000 reales (US$ 155,600) y está pagando a la empresa de suministros agrícolas con 400 bolsas de café al año durante cuatro años. Ese tipo de trueque es común en la agricultura brasileña.

Una de esas máquinas en Brasil reemplaza a decenas de personas en el campo. Incluso sumando el costo del financiamiento y el combustible, agricultores y fabricantes de máquinas dicen que hay una reducción de 40% a 60% en los costos de la cosecha.

"Además de la baja de costos ha hecho que mi vida sea menos complicada", dijo Rinco, aliviado de no tener la extenuante tarea de contratar recolectores apropiados cada año para la cosecha en su granja en el área de Sao Joao da Boa Vista.

"La gente ya no quiere cosechar café, van a la ciudad a buscar otra cosa que hacer", agregó.

Brasil y Vietnam ahora producen más de la mitad del café del mundo, en comparación con menos de un tercio hace 20 años, y la proporción está aumentando, según las estimaciones del

Solo Brasil representa más de un tercio de la oferta mundial. En una clara muestra de su eficiencia, informó de una cosecha récord de 62 millones de sacos el año pasado y se espera otro récord en el 2020, a pesar de que el área de plantación de café ha estado cayendo durante los últimos seis años.

Vietnam también está estableciendo regularmente récords de producción, mientras que, en contraste, en Colombia la mayor cosecha fue a principios de la década de 1990 y en Guatemala hace casi dos décadas, según datos del USDA.

En países como Guatemala y Honduras, más productores abandonan sus granjas y se suman a las filas de inmigrantes que intentan ingresar a Estados Unidos.

Auge en Brasil

Los rendimientos promedio en Brasil han aumentado considerablemente en la última década. Cifras de la para la Agricultura y la Alimentación muestran un aumento de más de 40% a alrededor de 1.5 toneladas por hectárea. En Vietnam han subido también desde niveles ya altos, alrededor de 18% a unas 2.5 toneladas.

Colombia mostró algún crecimiento, alrededor de 12%, pero se mantiene atrás con aproximadamente 1 tonelada por hectárea, mientras que en América Central hubo una disminución de alrededor de 3% a apenas 600 kilos por hectárea.

Crisis en Colombia

Los granjeros en Colombia se enfrentan a un futuro muy diferente al de Vietnam o Brasil.

Maltratados por los bajos precios y los altos costos, algunos consideran cambiar de cultivos o vender, a pesar de que el gobierno ha entregado decenas de millones de dólares en ayuda.

José Eliecer Sierra, de 53 años, ha cultivado café durante tres décadas, pero los precios bajos lo han obligado a buscar alternativas, como aguacates y ganado.

"El aguacate en este momento tiene muy buena demanda en el exterior y es una de las opciones", comentó, rodeado por sus 41,000 cafetos en una ladera cubierta de niebla cerca de Pueblorrico, en la provincia de Antioquia.

"Otro renglón que es muy tentador y que la gente lo han ido pensando es la ganadería, tumbar estos cafetales y sembrar pasto y más bien dejarlos para ganado".

No es la primera vez que los productores colombianos buscan otros cultivos. Muchos en el sur, a veces bajo la presión de los grupos armados, los abandonaron los cafetos por la coca, el ingrediente básico de la cocaína.

Para algunos productores, incluso el cambio de cultivos puede no salvarlos.

Uriel Posada, quien trabajó durante más de 30 años como pintor de casas en Estados Unidos, soñaba con volver a Colombia para cultivar café. Ahora su tierra está a la venta.

"Estoy hasta el cuello en deudas", dijo el hombre de 52 años mientras miraba sus 30,000 cafetos.

"Brasil nos tiene una ventaja muy grande, es que allá los terrenos son más planos y tienen maquinaria", agregó Posada. "Aquí tengo que pagarle a un ser humano que vaya palo a palo, rama por rama y escoge el café rojo".

Los aguacates y el ganado son buenas alternativas, sostuvo Posada, pero requieren capital y tiempo para una transición que muchos productores no tienen.

“(Voy a) pagar lo que debo e irme. Acabar con el sueño colombiano que tuve”, concluyó.

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