Azul, que cuenta con una flota de 164 aviones, espera recibir un nuevo avión Embraer cada dos meses en los próximos años. (Azul).
Azul, que cuenta con una flota de 164 aviones, espera recibir un nuevo avión Embraer cada dos meses en los próximos años. (Azul).

La aerolínea brasileña Azul espera ampliar sus un 30% el próximo año, con planes para añadir nuevas franjas horarias en el aeropuerto de Congonhas de Sao Paulo, uno de los más concurridos del país, señaló el director ejecutivo John Rodgerson.

El ejecutivo explicó que Azul tiene actualmente sólo 26 franjas horarias en Congonhas, mientras que sus competidoras Gol y LATAM Airlines tienen alrededor de 250 cada una.

“Las nuevas reglas son más justas”, anotó, refiriéndose a la decisión del regulador nacional de la aviación ANAC en julio de distribuir 86 franjas horarias en Congonhas para aumentar la competencia, con 45 nuevas franjas y 41 utilizadas previamente por la quebrada Avianca Brasil.

Los analistas de Bradesco BBI estimaron el mes pasado que casi todas las nuevas franjas horarias -84 de 86- irían a parar a Azul, lo que le permitiría a la compañía cuadruplicar su presencia en el aeropuerto.

Rodgerson espera empezar a vender billetes para vuelos en esas nuevas franjas horarias a partir de marzo.

La compañía está ahora centrada principalmente en sus operaciones nacionales y que en el 2023 espera aumentar el número de ciudades brasileñas que atiende a 200 desde las 154 actuales, apuntando a destinos en las regiones norte, nordeste y centro-oeste.

Azul, que cuenta con una flota de 164 aviones, espera recibir un nuevo avión Embraer cada dos meses en los próximos años; además, espera alcanzar el hito de 1,000 vuelos diarios este mes, un aumento del 10% desde finales de 2019, sostuvo su director ejecutivo.

A principios de esta semana, Azul anunció una nueva estructura de gestión, con el director de ingresos Abhi Shah como nuevo presidente de la compañía. Estará a las órdenes de Rodgerson.

Rodgerson afirmó que el objetivo de la medida era hacer que la gestión de la compañía se asemejara más a la de las grandes aerolíneas estadounidenses, liberando al director ejecutivo para que se centrara en la estrategia en lugar de ocuparse de algunas tareas específicas del día a día.

“No me voy”, dijo Rodgerson.