La inversión responsable, también denominada inversión ESG (del inglés), es el cambio más significativo en la gestión del dinero desde la creación del fondo cotizado en bolsa hace veinte años y remodelará las finanzas al igual que lo hicieron los fondos pasivos.
Esa es la conclusión de un nuevo informe de PwC que prevé que hasta el 57% de los activos de fondos mutuos en Europa se invertirán en fondos que consideran factores ambientales, sociales y de gobernanza para el 2025, o 7.6 billones de euros (US$ 8.9 billones), frente al 15.1% a finales del año pasado. Además, el 77% de los inversores institucionales encuestados por PwC dijeron que planean dejar de comprar productos no ESG en los próximos dos años.
La injusticia racial y económica, así como el cambio climático, se han convertido en problemas sociales clave en los últimos años, por lo que las firmas financieras están obligadas a prestar más atención a sus propias contribuciones para hacer un mundo más justo y más verde. Eso se ha manifestado principalmente en un auge de fondos ESG con gestores de todo tipo, desde fondos de pensiones hasta firmas de capital privado y fondos de cobertura, que contratan equipos de sostenibilidad, lanzan nuevos productos y promocionan sus credenciales ecológicas.
“ESG representa nada menos que un cambio integral en el panorama de inversiones; sitúa los criterios de rendimiento financiero y no financiero en igualdad de condiciones”, dijo PwC en el informe publicado el lunes.
Los fondos ESG están proliferando en Europa porque los reguladores y los responsables políticos han hecho de los temas ecológicos una prioridad política y están creando un reglamento para garantizar que las empresas financieras incorporen la sostenibilidad en sus operaciones y eliminen el llamado lavado verde. Al mismo tiempo, la creciente concienciación pública sobre los riesgos relacionados con ESG, que ha sido acelerada por el COVID-19, y el surgimiento de una generación de inversores que priorizan los impactos no financieros junto con los factores financieros, ha impulsado el crecimiento, según PwC.
El rendimiento de los fondos ESG en relación con sus pares tradicionales en los últimos meses también ha llamado la atención de los inversores, dijo PwC. Los gestores de fondos, desde BlackRock Inc. a Allianz Global Investors e Invesco, han dicho que las carteras de ESG superaron al mercado durante la ola de ventas del COVID-19.
“Estos catalizadores están destinados a marcar el comienzo del mayor cambio que haya experimentado la industria europea de gestión de activos y patrimonios y presenta a los gestores la oportunidad de impulsar el cambio, desempeñando un papel clave en la mitigación del riesgo climático”, dijo PWC.
PwC pronostica que los fondos de capital ESG experimentarán una tasa de crecimiento anual compuesta del 26.8%, y los activos se cuadruplicarán a más de 3.6 billones de euros para el 2025. Los fondos de renta fija crecerán a un ritmo del 30.4% y los activos superarán los 1.6 billones de euros en cinco años. El informe de la consultora, que fue publicado por su negocio en Luxemburgo, también incluyó una encuesta a 200 gestores de activos, 300 inversores institucionales y más de 800 inversores minoristas.
El estudio encontró que el 37% de los inversores institucionales están dispuestos a pagar una prima por productos ESG, y la mayoría de ellos están dispuestos a pagar entre 21 puntos básicos y 40 puntos básicos adicionales. También reveló que, si bien el 77% de los inversores institucionales planean dejar de invertir en productos tradicionales que no cumplen con las normas ESG en los próximos dos años, solo el 14% de los gestores de activos indicaron planes para dejar de lanzar estos productos en el mismo período de tiempo.
PwC dijo que Europa domina el panorama global de ESG, con 4,741 fondos mutuos de ESG en la región que poseen casi el 70% de los activos mundiales de ESG. Y aunque PWC dijo que espera que el impacto del fervor verde de Europa se propague más allá de sus fronteras a medida que se impongan nuevos requisitos a las empresas e inversores no pertenecientes a la UE, los gestores de activos de EE.UU. se enfrentan a posibles límites sobre inversiones verdes.