Una cumbre de las economías Asia-Pacífico prevista para noviembre en la capital chilena se realizará pese a las fuertes protestas por demandas sociales que han sacudido a la nación anfitriona en los últimos días y han dejado al menos 16 muertos, dijo el canciller, Teodoro Ribera.

El presidente chileno decretó un estado de emergencia en la capital, que llevó a la militarización de la ciudad y a un toque de queda que luego se extendió a varias parte del país.

Las manifestaciones, que también derivaron en saqueos, incendios y destrozos, pusieron en duda la capacidad de las fuerzas locales de orden para garantizar la seguridad de la cita, en la que se prevé que los presidentes de y firmen un importante acuerdo.

El país además tiene programado albergar en diciembre la cumbre de Naciones Unidas sobre cambio climático COP25.

“Contactamos a las 20 economías de el día lunes, las cuales no han expresado ninguna duda respecto a su comparecencia”, dijo Ribera en una reunión con corresponsales extranjeros.

"No existió ninguna duda respecto a la comparecencia ni manifestaron ningún cambio", agregó.

Los disturbios han llevado a la detención de más de 6,000 personas y reiteradas denuncias de abusos por parte de las fuerzas militares.

El canciller informó que el gobierno invitará a una delegación de la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU y a para constatar la situación en medio de las protestas.