Foto 2 | Esas medidas prohíben a ciudadanos y empresas estadounidense transar bonos de Venezuela y su petrolera PDVSA, justo cuando el mandatario busca renegociar la deuda externa, de unos US$ 150,000 millones.
Foto 2 | Esas medidas prohíben a ciudadanos y empresas estadounidense transar bonos de Venezuela y su petrolera PDVSA, justo cuando el mandatario busca renegociar la deuda externa, de unos US$ 150,000 millones.

La relación entre China y Venezuela ha tenido días mejores. China Petroleum & Chemical Corp., la compañía petrolera controlada por el estado, está demandando a Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) en tribunales estadounidenses por facturas impagas. 

Sinopec, como se conoce a la compañía china, también presentó una solicitud de arbitraje contra PDVSA en la Cámara de Comercio Internacional, donde alega daños de al menos US$ 23.7 millones, según documentos judiciales. La acción legal se produce casi tres meses después de que PetroChina Company Ltd pidiera a su filial estadounidense que evitara cualquier participación en futuros préstamos a PDVSA.

La demanda ilustra aún más cómo la relación entre los dos socios de larga data se está volviendo amarga después de retrasos en el pago de préstamos anteriores y problemas de calidad del petróleo.

También es evidencia de que Beijing podría no estar siempre allí para rescatar a Venezuela, como lo ha hecho una y otra vez en la última década, dijo en una nota a clientes Russ Dallen, socio gerente de Caracas Capital Markets, un banco de inversión con sede en 

Los documentos judiciales dan una idea de lo que tienen que enfrentar los socios como Sinopec para ayudar a PDVSA a operar.

En el 2013, Sinopec entregó 45,000 toneladas de productos de acero a PDVSA, y afirma que le pagaron solo la mitad. 

La compañía china también dijo que la petrolera venezolana se retrasó en el pago anticipado de los materiales, lo que provocó que Sinopec sufriera perjuicios, ya que la empresa compraba los productos de acero de un proveedor. Esta tercera parte, que no fue identificada en los documentos, presentó un caso de arbitraje y recibió US$ 2.1 millones.

"La conducta de los demandados constituyó una tergiversación intencional, engaño y encubrimiento de hechos materiales conocidos por ellos, con la intención de privar a Sinopec del pago que se le debía", según los documentos judiciales.

"Para coordinar sus acciones y garantizar que Sinopec no se diera cuenta de su conspiración para estafarla, los acusados tuvieron que coordinarse entre sí en múltiples ocasiones para discutir y planificar su curso de acción".