(Foto: Reuters)
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Los rusos están acostumbrados a las milagrosas intervenciones en el último minuto de su presidente, , para salvar una y otra vez el honor del país. Pero esta vez el deporte ruso, que fue condenado a cuatro años de aislamiento internacional, necesitará mucho más que las dotes de persuasión de líder del jefe del para salir de este embrollo.

"La decisión de la AMA contradice la Carta Olímpica y tenemos todos los motivos para recurrir a los tribunales", dijo Putin anoche en París tras conocer el fallo de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

Como hiciera en el caso de los Juegos de Río (2016) -entonces sólo el atletismo ruso fue excluido-, Putin volvió a recordar que desde los tiempos del derecho romano "cualquier castigo debe ser individual" y no puede tener un "carácter colectivo".

Inminente recurso ante el TAS

Aunque no lo confirmó, eso quiere decir que la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA) o el Comité Olímpico Ruso (COR) -los únicos con potestad para hacerlo- recurrirán la sanción en un plazo de 21 días ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Los rusos confían en que prospere dicho recurso gracias también a la supuesta influencia de Putin sobre el presidente del , el alemán Thomas Bach, y su conocida amistad con el jefe de la , el suizo Gianni Infantino, de cara al Mundial de Catar.

Pero olvidan que el Laboratorio de Moscú estaba bajo el estricto control del Comité de Instrucción de Rusia, órgano dependiente del presidente, cuando tuvieron lugar las manipulaciones que originaron la sanción de la AMA.

"Todos esperan que la parte rusa acudirá al TAS, pero, teniendo en cuenta las pruebas, creo que es una pérdida de tiempo y dinero", advirtió hoy el canadiense Richard Pound, antiguo director de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

En su opinión y la de la gran mayoría del deporte mundial, Rusia debe reconocer sus problemas de dopaje, reformar el sistema y sustituir a sus dirigentes deportivos lo antes posible, de lo contrario dicho ostracismo "puede prolongarse durante mucho tiempo".

Rusia va a la guerra con la AMA

Con la excepción del director de la Rusada, Yuri Ganus, la reacción de los funcionarios rusos no ha sido de reconocimiento de culpa, sino de ir a la guerra contra la AMA, lo que podría tener consecuencias funestas para el deporte ruso.

Y es que en caso de que Rusia alargue el proceso en el TAS, los rusos podrían competir teóricamente con bandera e himno en Tokio, pero dicho castigo se extendería a París 2024 y para que la Rusada vea restablecida entonces sus derechos, Moscú debe demostrar que dicha agencia opera sin injerencia exterior, lo cual está lejos de cumplirse.

El ministro de Deportes, Pável Kolobkov, aseguró que solo en el TAS puede haber una investigación "objetiva", el jefe del COR, Stanislav Pozdniakov, denunció la politización de la lucha contra el dopaje y la legendaria pertiguista Yelena Isinbáyeva tachó las sanciones de "crueles", "injustas", "atroces" y "asesinas".

Occidente demandaba prohibición total

Ignoran que gran parte de los dirigentes del deporte mundial apoyaban una sanción "total" que hubiera convertido a Rusia en un auténtico "paria" durante cuatro años, ya que ni siquiera los atletas neutrales podrían competir en Juegos y Mundiales.

La prensa occidental, especialmente la estadounidense, británica y alemana, es hoy muy crítica con la AMA, a la que acusa de andarse con paños calientes con Rusia, cuya culpa consideran de sobra demostrada.

Dirigentes y prensa recuerdan que Rusia ya fue apartada de los Juegos de Invierno de PyeongChang (2018), pero 168 atletas compitieron finalmente como neutrales, y que el deporte ruso podrá competir libremente en los Europeos de cada disciplina deportiva.

La sanción también deja la puerta abierta a que los equipos rusos, sean de fútbol, baloncesto, voleibol, gimnasia o balonmano, compitan al completo, con la excepción de aquellos de sus integrantes implicados en algún escándalo de dopaje.

Teniendo en cuenta que más de un centenar de deportistas rusos ya están clasificados para Tokio y que varias decenas de atletas ya compiten como neutrales, es probable que Rusia acuda a Tokio con más deportistas que los 286 que viajaron a Río de Janeiro.

Si en el caso de los altos funcionarios rusos la puerta está cerrada a cal y canto, tampoco está nada claro qué ocurrirá con la prohibición a organizar competiciones internacionales, con la salvedad de postular a torneos como los Juegos Olímpicos del 2032 en los que parece interesada San Petersburgo.

Por ejemplo, Rusia tiene previsto organizar en los próximos años los Mundiales de Hockey sobre Hielo (2023) y Voleibol (2022), entre otros, y no está claro que sea legalmente y económicamente posible cambiar de sede.

Rusia, una de las mayores potencias deportivas mundiales, se juega mucho más en los próximos cuatro años que competir sin bandera y sin himno.