Los mercados emergentes están acumulando cada vez más carga de deuda, pese a que el endeudamiento de las economías avanzadas, impulsado por la pandemia, muestra ciertas señales de estabilización.
El endeudamiento total de empresas y Gobiernos de mercados emergentes aumentó levemente en el primer trimestre a un récord de US$86 billones y se ha incrementado en cerca de US$11 billones desde fines del 2019, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés). El aumento se produjo incluso pese a que el monto total de la deuda global en realidad se contrajo por primera vez en 10 trimestres, para caer US$1.7 billones a cerca de US$289 billones.
La deuda global ahora representa poco más de 360% de la economía mundial después de que los Gobiernos se apresuraran a aumentar el gasto el año pasado para resistir el impacto de los confinamientos por la pandemia, según estimaciones de IIF. Si bien muchos países desarrollados muestran señales de poder salir de la crisis a medida que aumentan las vacunaciones, para las economías emergentes la realidad es otra, ya que, con pocas excepciones, el ritmo de vacunación es mucho más lento y los casos de virus no ceden. Es la llamada recuperación en forma de K, donde los pares más ricos avanzan y el resto corre el riesgo de quedar atrás.
La deuda de los mercados emergentes aumentó en aproximadamente US$600,000 millones en el primer trimestre de este año, impulsada por el sector privado, indicó el IIF. Por otro lado, la deuda de los Gobiernos disminuyó en alrededor de US$6,500 millones el último trimestre, marcando la primera caída desde que comenzó la pandemia. No obstante, la deuda pública ha aumentado en cerca de US$3.3 billones frente a un año atrás y, en relación con el tamaño de las economías emergentes, se ha incrementado a cerca de 60%, frente al 52% durante los últimos tres meses del 2019.
Si bien la recuperación proyectada de la actividad económica podría ayudar a algunos Gobiernos a reducir sus ratios de deuda a producto interno bruto, el lento ritmo de las vacunaciones en las economías en desarrollo podría conducir a una mayor acumulación de deuda, dijo Emre Tiftik, director de investigación de sostenibilidad del IIF.
Hay preguntas sobre cuándo y cómo las naciones en desarrollo podrían comenzar a pensar en frenar los préstamos, pero no está claro que dicho momento vaya a llegar en el corto plazo para muchos países, especialmente debido a ingresos que están bajo presión por los cierres.
El ratio de “deuda al PIB disminuirá para los Gobiernos, pero no va a suceder en el corto plazo, no va a suceder en todas partes y no va a suceder sin ajuste fiscal”, dijo James McCormack, director gerente y titular global de calificaciones soberanas de Fitch Ratings, en un seminario web organizado por el IIF.