(Foto: Reuters)
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La cosecha récord de este año trajo bonanza a los agricultores argentinos, pero el sector teme que un gobierno del peronista , favorito para las presidenciales del 27 de octubre en una fórmula junto a la expresidenta venga por los huevos de oro.

"Vendrán por nosotros", presagia inexorable el productor Daniel Pérez mientras pierde la vista en sus campos en Ramallo, corazón productivo agropecuario en la provincia de Buenos Aires, rebosantes de ganado vacuno, maíz, trigo y soja lista para exportar.

El próximo gobierno "sí o sí vendrá por el campo porque es la única plata genuina que van a tener para poder salir de esto", dice en referencia a una economía endeudada y en recesión.

Pese a la crisis, el campo es el único sector que ha crecido en el país sudamericano con un alza de 46% interanual en el segundo trimestre, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

“Ya fue”

Igual que muchos productores, Pérez, de 42 años, votó por el liberal en el 2015.

Si bien Macri cumplió con sus promesas de rebajar los impuestos al campo al asumir el poder, Pérez lamenta el descalabro económico de su país: una inflación que sumó 37.7% entre enero y septiembre, una moneda que se depreció más de 34% en ese lapso y un crédito cada vez más caro con tasas de interés por encima de 80%.

Pese a todo, su rechazo al peronismo de izquierda que representa Fernández es bastante mayor.

Aunque pasó más de una década, los productores tienen fresca en la memoria la batalla con el gobierno de Cristina Kirchner (2007-2015), sobre todo en el 2008 cuando quiso imponer una reforma al sistema de cálculo de los impuestos a la exportación de soja, el cultivo estrella de Argentina.

Aquella puja selló una derrota política para el kirchnerismo tras cuatro meses de guerra con las patronales agropecuarias que promovieron cortes de ruta, movilizaciones y "tractorazos" (protestas con el vehículo más icónico del campo), contra el alza de las llamadas "retenciones".

Fernández, que aventajó por 17 puntos a Macri en las primarias de agosto, les aseguró que el enfrentamiento quedó atrás. "Eso ya fue", dijo quien fuera jefe de Gabinete durante el conflicto, y prometió que si gana dialogará con el sector que representa 6.1% del PBI.

Aunque el candidato les prometió que continuará con el alivio impositivo a la producción, Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) desconfía: "Nos quedan dudas porque dentro de su espacio está Cristina, que tuvo una enemistad muy fuerte con el campo".

A Juan Ouwerkerk, presidente de la cooperativa de agricultores Alfa, en el sur de la provincia de Buenos Aires, le inquietan las políticas de un eventual gobierno de Fernández. "Es una incógnita terrible, si las retenciones son excesivas, esto se tornará imposible", advierte.

Según una encuesta de Zorraquín + Meneses, una consultora especializada en el sector, 67.8% de los productores agropecuarios estima que aumentarán las retenciones y la mitad revela que modificará sus inversiones.

Boom del trigo

"Necesitamos estabilidad en la economía, recuperar la moneda, terminar con la inflación", apunta el presidente de la SRA.

Además de rebajar impuestos, Macri liberó la exportación de trigo y maíz. También impulsó un descenso progresivo de las retenciones a la soja y favoreció la exportación de carne, sobre todo a China.

Las medidas favorecieron la producción de trigo, que pasó a ocupar de tres a seis millones de hectáreas.

Pero los costos del campo, la mayoría atados al dólar, se fueron a las nubes.

Flete, semillas, fertilizantes, la renovación de maquinaria y vehículos, "todos los costos están dolarizados y sufrieron 'inflación' en dólares", explica Pérez.

Al igual que muchos productores, Pérez teme que Fernández impulse un desdoblamiento del mercado cambiario. "Si llegan a desdoblar estoy perdido porque mi cereal va a estar a un tipo de cambio y mis costos a otro", indicó.

En los campos de Daniel Berdini, otro productor de Ramallo, el maíz asoma en los surcos, el trigo ya creció suficiente y las semillas de soja están listas para sembrar.

Al próximo gobierno le advierte: “Si vienen por nosotros vamos a poner el grito en el cielo”.