(Foto: Reuters)
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La caída de los precios del en medio de la guerra abierta por y y los efectos del Covid-19 en la economía mundial dejan en el aire los planes de diversificación de la economía con la que los países del Golfo Pérsico buscan romper su dependencia de los hidrocarburos.

Esta no es la primera vez que los productores de petróleo del Golfo se enfrentan a una crisis de precios, pero esta llega en un momento clave para algunos de ellos, que tratan de superar su monodependencia del crudo con ambiciosos proyectos de diversificación en sectores como el logístico, el turismo, la educación o la innovación.

Una transición que apenas empieza

En el 2016 Arabia Saudita lanzó su plan Visión 2030, un proyecto que busca generar fuentes alternativas de ingresos y un cambio en la estructura económica del país. El nombre es similar al elegido en el 2008 por el emirato de Abu Dhabi para definir su plan de transformación económica y política.

Tras la inestabilidad en los precios del petróleo en el 2014, algunos países hicieron ajustes fiscales como la introducción del IVA e incluso Arabia Saudita ha hecho una venta limitada de participaciones en la petrolera , lo que les han valido ingresos adicionales para sus planes de diversificación.

Pero la situación actual puede dar al traste con todos esos planes.

“La necesidad de inversiones adicionales multimillonarias o multibillonarias para respaldar los planes de diversificación económica podrían ser difíciles de mantener a la luz de la presente crisis", indicó Cyril Widdershoven, director de la consultora Verocy.

"El resultado puede ser retrasos o directamente la congelación de proyectos, ya que la mayoría son planes a largo plazo que no van a generar dinero ni a crear trabajos en la primera fase de implementación", explicó.

El analista considera que la diversificación no se ha materializado hasta el punto en que estas economías "puedan aguantar los impactos en los sectores del petróleo y el gas" y aún hacen falta más inversiones y acelerar los proyectos.

Abdel-Samie Felfe, asesor senior de VCM International, dijo que los "países ricos en recursos energéticos que han podido diversificar sus economías en las últimas dos décadas sufrirán un impacto mínimo", pero los que empezaron en la última década tendrán que "revisar e impulsar la implementación de sus economías".

Un panorama lúgubre

Los países del Golfo han anunciado paquetes de estímulo para resistir a la crisis, pero podrían verse obligados a la emisión de bonos, deuda o la búsqueda de financiación en los mercados internacionales.

“De acuerdo con varias fuentes especializadas, el excedente de crudo podría rondar entre los 1,000 millones y los 1,500 millones de barriles para final de junio", explicó Mohamed A. Chemingui, economista senior y jefe de integración de la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia Occidental (ESCWA).

"En otras palabras, la capacidad de almacenamiento global se llenará para finales de mayo y el mercado no podrá absorber ningún excedente de crudo ni petróleo refinado", dijo.

Con los presupuestos de estas economías calculados en base a un barril a US$ 45 o por encima, los Gobiernos de la región van a ver sus cuentas recortadas y sus déficits elevados, según la ESCWA la región árabe perderá alrededor de US$ 42,000 millones por la .

Pero incluso acudir a los mercados de deuda va a suponer un castigo. Esta semana la calificadora Moody's ya situó los emisiones de Omán y Kuawit en revisión a la baja y cabe esperar que otros países de la región acompañen esa fila de recolocaciones.

“Esta es una situación sin precedentes y los impactos económicos y financieros serán catastróficos por lo que habrá que hacer reformas macroeconómicas monetarias y fiscales”, afirmó Chemingui.