(Foto: AP)
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A pesar del avance constante del desarrollo, el lugar de nacimiento de un niño sigue siendo el mayor predictor sobre su salud futura y, sin importar en qué país nace, la vida es más difícil si eres mujer, según un reporte de la

La fundación, una importante institución de caridad que financia proyectos de salud y desarrollo, descubrió que cerca de 500 millones de personas en el mundo aún no reciben salud y educación básicas, y que las niñas en todo el mundo sufren desventajas.

“Las brechas entre países, distritos y niños y niñas demuestran que las inversiones en desarrollo del mundo no están llegando a todos”, dijo el reporte Goalkeepers de la fundación, que sigue el avance en la reducción de la pobreza y los avances en salud.

Mostró que a pesar de los avances en el rendimiento escolar de las niñas, las opciones de vida de las mujeres son limitadas por normas sociales, leyes y políticas discriminatorias y violencia de género.

En una entrevista sobre los hallazgos del reporte, la directora ejecutiva de la Fundación Gates, Sue Desmond-Hellmann, dijo que las alertas más claras eran "los peligros del género y la geografía".

Ella citó datos del reporte que mostraron, por ejemplo, que más niños mueren en Chad cada día que en Finlandia cada año, y que si bien el nivel educacional promedio en Finlandia es el universitario, en Chad, el niño promedio no termina la educación primaria.

"El género sigue siendo en enorme factor negativo en la igualdad, así que lo primero es asegurarnos que abordemos la desigualdad de género", dijo Desmond-Hellmann a Reuters.

"Pero lo segundo es que si eres una niña que nació (en una de las partes más pobres de África), la geografía también está en tu contra. No está bien que un niño en Chad tenga 55 veces más probabilidades de morir que un niño en Finlandia", agregó.

El reporte Goalkeepers es recopilado anualmente por la Fundación Gates y sigue los avances en las metas de desarrollo sustentable de que buscan reducir la desigualdad y la pobreza, además de mejorar la salud en todo el mundo para el 2030.

Si bien encontró progresos “constantes” del desarrollo, con mejorías en los promedios de vida, salud y la prosperidad en todo el mundo, también destacó las “brechas persistentes” que significan que muchas personas quedan atrás.