(Foto: AFP)
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Gracias a su poderío militar, se ha convertido en una potencia en la fabricación de, aunque Estados Unidos y China le pisan los talones.

Un dron pulveriza gases lacrimógenos sobre manifestantes palestinos, otro vigila las posiciones del Hezbolá en Líbano, un tercero ataca posiciones de la Yihad Islámica en la Franja de Gaza. En Israel, los drones son una herramienta diaria de la gestión militar de las fronteras.

Y es que se trata de una industria que se nutre principalmente de la experiencia de los militares, en un país rodeado de enemigos.

Antiguos mandos del ejército y de los servicios de seguridad se han convertido en presidentes, fundadores, ingenieros y miembros del consejo de administración de más de 50 empresas locales del sector.

Desde 1969, el ejército isralí utilizaba un pequeño modelo de avión teledirigido con una cámara para espiar al vecino Egipto, antes de lanzar un enorme programa durante la guerra de Líbano.

Israel domina el mercado mundial de drones militares, aunque sufre la competencia creciente de China y Estados Unidos.

Ronen Nadir era comandante, a cargo sobre todo, del desarrollo de misiles en el ejército israelí. Lanzada a principios de los años 2000, su start-up, BlueBird Aero Systems, vende actualmente drones de combate en todo el mundo.

Se jacta de estar en la vanguardia del "V-Tol", pequeños drones que despegan y aterrizan verticalmente, como los helicópteros, y dotados de alas para aumentar la velocidad.

Pueden despegar o aterrizar en la ciudad, en la selva o sobre el puente de un barco.

"Desde la primera idea, un esbozo en un trozo de papel, a la presentación ante un cliente, solo pasaron cuatro meses y medio", explica. "Empezamos el desarrollo en octubre de 2018 y hemos vendido ya centenares".

Entre los 3 primeros

"Cuando una empresa estadounidense desarrolla un minidron, el sistema se utiliza en Irak o en Afganistán. Para el desarrollo del aparato hasta su utilización en zona de conflicto hay que contar varios años", dice Nadir.

"En Israel, todo el mundo (en la industria) es un exsoldado u oficial del ejército, y los ingenieros que crean estos sistemas son reservistas. Vuelven a las oficinas con datos frescos, lo que reduce el ciclo del desarrollo".

Un estudio, citado por las autoridades locales, sitúa a Israel como el primer exportador de drones. Pero son datos del 2013.

Recientemente, Estados Unidos ha adelantado a su aliado israelí con las exportaciones de su Global Hawk, un dron de alto rendimiento y más caro, y los Depredadores, vendidos sobre todo en el mercado europeo.

Sin embargo, ante la competencia de China que vende "a países a los que Israel nunca vendería", el Estado hebreo se "mantiene sin duda en el top 3, o top 2" mundial, dice Philip Finnegan, jefe de análisis del mercado en la empresa estadounidense Teal Group.

Es difícil clasificar la posición de las empresas israelíes en el mercado, ya que "son muy secretas sobre lo que venden y a quién, como de hecho también lo son los chinos", dice.

Desde bombas a cosechas

En una reciente conferencia sobre drones celebrada en Airport City, zona industrial cerca del aeropuerto de Tel Aviv, se encuentra un invitado generalmente discreto: Nadav Argaman, jefe del Shin Bet, los servicios de inteligencia interiores.

Su mensaje era claro: "compramos sobre todo tecnología israelí".

"Tenemos que adelantar (a nuestros enemigos) para seguir con vida", dice Zohar Dvir, ex antiguo número 2 de la policía - que inspiró, según la prensa local, el super policía encarnado por Adam Sandler en "You don't mess with the Zohan".

Actualmente se sienta en el consejo de administración de la start-up "Gold drone", especializada en drones agrícolas. Y es que muchas empresas transfieren la experiencia militar a la tecnología de uso civil.

El mercado mundial del dron mueve unos US$ 12,000 millones anuales pero podría alcanzar los 25,000 para el 2029, según la empresa Teal, que prevé una preponderancia de aparatos de uso civil sobre los militares.

“Las mejores oportunidades están en el sector agrícola : recolectar datos en el campo, pulverizar pesticidas, polinizar o incluso recolectar”, dice Ben Alfi, que trabajó en la aviación israelí y hoy es el presidente de la sociedad BWR Robotics, especializado en drones agrícolas.

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