(Foto: Getty)
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La deuda de los hogares chilenos alcanzó un máximo histórico a finales del 2019, que equivalió al 74.9% de los ingresos disponibles, y los expertos estiman que aumentará todavía más con la crisis económica que trae la global por .

Tras un incremento de 1.5 puntos porcentuales respecto al año anterior, el endeudamiento de los hogares el cuarto trimestre del año pasado correspondió a más de la mitad (50.3 %) del Producto Bruto Interno (PBI) del país, informó este lunes el

"Es un aspecto bastante estructural en la economía chilena, pero que en este contexto enciende la alerta porque son hogares absolutamente vulnerables, que no cuentan con ahorros para poder enfrentar la situación actual", dijo Benjamin Sáez, economista de la Fundación Sol.

"En un situación donde la mayoría de los ingresos va a caer, la posibilidad de que personas deban acceder al crédito puede hacer que suba todavía más la deuda", declaró el economista e investigador Alejandro Micco, quien apuntó a la necesidad de "analizar si se está llegando a un nivel de sobreendeudamiento".

Las razones detrás de la subida de la deuda son múltiples, sin embargo el desempleo jugó un papel importante tras llegar a 7.8% en febrero, su mayor dato en dos años, fruto de la menor actividad económica por la ola de protestas que estalló en octubre del año pasado.

Desde que empezó el brote de Covid-19 en el 3 de marzo, las perspectivas económicas empeoraron todavía más para el país: la estimó hoy que su PBI caerá 4%.

Además, la recesión tendrá efectos devastadores en el desempleo en toda la región -con casi 11.6 millones de personas que perderán sus trabajos- y en los ingresos de las familias.

Un gasto promedio que dobla los ingresos

Sáez señaló que la deuda "ha ido creciendo de forma sostenida los últimos años", pasando de representar el 58.6 % de las ganancias en el 2009 a casi el 75% actual, porque los trabajadores cada vez pueden solventar menos gastos con su salario.

Para el economista de la Fundación Sol, el dato es preocupante en relación con los ingresos, ya que "practicamente el 70% de los trabajadores ganan mensualmente unos US$ 583 o menos, y el gasto promedio de un hogar es aproximadamente el doble".

Según el emisor chileno, el 40.1% de la deuda de las familias fueron préstamos bancarios para la vivienda y 18.1% para consumo.

Jorge Sabat, académico de la Universidad Diego Portales, indicó que es importante fijarse en la distribución de la deuda porque las familias más pobres podrían verse mucho más afectadas -prácticamente "el triple"- que las ricas, desigualdad que se refleja "habitualmente en épocas de recesión".

Las empresas, afectadas por la depreciación del peso

Las empresas, por su parte, también marcaron cifras récord en el cierre del 2019: su debe representó un 113.2% del PBI, 8.8 puntos porcentuales más que a finales del año anterior.

"Esto obedeció a la emisión de títulos en el mercado externo junto con el efecto de la depreciación del peso frente al dólar sobre los pasivos denominados en moneda extranjera. En el mercado interno, por su parte, el aumento de la deuda se debió a una mayor contratación de préstamos bancarios, revalorizaciones y emisiones de títulos de deuda", sostuvo el análisis del Banco Central.

"Lo más probable es que en el contexto actual el endeudamiento se dispare de forma significativa. Las empresas van a salir de esta crisis con una deuda bastante preocupante", advirtió Sáez.

En cambio, para Micco, las políticas que ha anunciado tanto el Gobierno como algunas instituciones financieras pueden ayudar a mantener relativamente "estable" la deuda de los hogares y la morosidad "durante los próximos meses".

Sin embargo, el economista subrayó que "si esto se alarga mucho más de seis meses, la historia va a cambiar y será más complejo".

El presidente Sebastián Piñera presentó este lunes un proyecto de ley que crea un "ingreso familiar de emergencia" para apoyar a los hogares más vulnerables cuyos miembros cuentan trabajos mayoritariamente informales.

La iniciativa entregará un complemento al ingreso de las familias de un máximo de 260,000 pesos (unos US$ 304) durante tres meses, reduciéndose de manera gradual ese importe, a la espera de que estos hogares puedan retomar sus fuentes de ingresos.

El monto dependerá del tamaño del hogar y de la situación socioeconómica de la familia, disminuyendo a menor vulnerabilidad.