La derecha alemana dio este lunes a Angela Merkel un ultimátum de dos semanas para encontrar una solución europea al desafío migratorio amenazando de lo contrario con cerrar las fronteras del país, lo que ella inmediatamente rechazó.

Merkel aseguró que no habrá un cierre "automático" de sus fronteras a los demandantes de asilo, incluso si fracasan las conversaciones a nivel europeo.

El ministro del Interior, Horst Seehofer, había amenazado poco antes con cerrar las fronteras de Alemania "en julio" a los migrantes a falta de un acuerdo entre los líderes europeos en una cumbre prevista a fines de junio.

"No queremos actuar de manera unilateral, no concertada y que provoque daño a terceros", dijo Merkel.

Sin embargo, si Merkel fracasa a nivel europeo su posición sería difícilmente sostenible, ya que defendió una respuesta comunitaria a la afluencia de solicitantes de asilo. Su frágil coalición con la derecha dura del partido bávaro CSU y los socialdemócratas podría derrumbarse.

Según la agencia DPA, el CSU de Seehofer preveía, salvo acuerdo europeo en la reunión del 28 y 29 de junio, expulsar de sus fronteras a todos los solicitantes de asilo que hayan ingresado a otro país de la UE, la gran mayoría por Italia y Grecia.

Un responsable del partido bávaro, Hans-Peter Friedrich, indicó que las medidas de "rechazo serán elaboradas para principios de julio".

"Este es el día en que se decide el destino de Angela Merkel y el del gobierno", consideró el diario Bild.

La llegada de más de un millón de demandantes de asilo a Alemania en 2015 y 2016 creó un seísmo político que sigue teniendo importantes consecuencias.

La Unión Europea no se queda afuera: sus miembros no logran acordar soluciones sostenibles para proteger sus fronteras y organizar la acogida de migrantes.

Aquella decisión de Merkel de abrirles sus fronteras contribuyó al ascenso de la extrema derecha y provocó disensiones en el bando conservador de la canciller, que alcanzan ahora su apogeo.

"Desafío europeo"

Merkel rechazó la petición del CSU porque teme que una decisión unilateral de su país genere caos e impida lograr una solución común en Europa, en un momento en que la UE estudia crear un sistema de asilo compartido.

"Se trata de un desafío europeo que necesita una respuesta europea", declaró Merkel este fin de semana, coincidiendo con la crisis de los 630 migrantes rescatados por el barco humanitario "Aquarius" frente a las costas de Libia, que llegaron el domingo a España tras una semana de travesía por el Mediterráneo, después de que Italia vetara su desembarco en sus puertos.

La CSU, que se prepara para difíciles elecciones regionales en Baviera en octubre, acusa de laxismo a la canciller y su partido democristiano (CDU), con el que está aliado desde 1949.

"Es primordial que la cumbre de la UE tome por fin decisiones a finales de junio", avisó Seehofer en una tribuna publicada el lunes por el diario FAZ. "La situación es grave pero aún se puede resolver", añadió. Aseguró que su intención no es "hacer caer a la canciller".

Semana decisiva

Esta semana puede ser decisiva para el futuro político de Merkel, que ha perdido parte de su popularidad en Alemania, mientras la extrema derecha sigue subiendo en los sondeos.

El desafío de la dirigente será sumamente complicado, ya que lo que le exige la CSU es precisamente lo que ya rechaza Italia, uno de los principales países de llegada de los migrantes que reclama mayor solidaridad europea.

Merkel recibe este lunes por la noche a su homólogo italiano, Giuseppe Conte, cuyo país veta actualmente el acceso a sus puertos a los barcos de oenegés que transporten a migrantes.

Y el martes se entrevistará con el presidente francés, Emmanuel Macron, en un contexto europeo explosivo sobre los migrantes, ilustrado por las tensiones en torno al "Aquarius".

En este contexto, desde el otro lado del Atlántico el presidente estadounidense Donald Trump echó leña al fuego con sus recurrentes tuits.

"Gran error cometido en toda Europa al permitir la entrada de millones de personas que han cambiado su cultura de forma tan fuerte y violenta", tuiteó Trump. "No queremos que lo que está ocurriendo por la migración en Europa ocurra con nosotros", escribió.