OPEP. (Foto: Reuters)
OPEP. (Foto: Reuters)

Tras un año “traumático” para la industria del petróleo, la y deciden el lunes si siguen adelante con su plan de abrir moderadamente los grifos en febrero, con la esperanza de que en el 2021 se recupere la demanda energética del planeta gracias a una masiva vacunación contra el

Los ministros del sector de la alianza OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo, Rusia y otros productores de crudo) celebran su primera conferencia del 2021 a través de internet, apenas tres días después de entrar en vigor, el viernes, un modesto aumento del bombeo del grupo, de 500,000 barriles diarios (bd).

Los mercados esperan que vuelvan a dar luz verde a otro incremento similar a partir del 1 de febrero, después de que el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, se manifestara recientemente a favor de esta medida.

Un plan de máxima cautela

Esta alianza de 23 países, que, forjada en el 2016, es responsable de cerca del 60% de la producción mundial de crudo, decidió el 3 de diciembre reunirse en el 2021 de forma más frecuente, a principios de cada mes, para “vigilar atentamente” el mercado.

El mecanismo sustituyó la idea prevista inicialmente en un histórico recorte de las extracciones sellado en abril del 2020 ante la hecatombe del mercado causada por la primera ola de la pandemia.

La mayor reducción de suministros que se recuerda en la industria petrolífera, de 9.7 millones de barriles diarios (mbd) -cerca del 10% de la producción mundial, rigió entre mayo y julio del 2019, antes de moderarse hasta 7.7 mbd entre agosto y diciembre.

La tercera y última fase del pacto preveía un nuevo alivio, un incremento de 2 mbd a partir del 1 de enero del 2021, que dejaría limitado hasta abril del 2022 el bombeo total del grupo en 5.7 mbd respecto a los niveles anteriores a la crisis del coronavirus.

Pero entonces los productores no previeron la virulencia de la segunda oleada de la pandemia, que golpea sobre todo a Estados Unidos y Europa, y ralentizando la recuperación del consumo.

Ante la duda de que el mercado no pueda absorber 2 mbd de golpe, optaron por introducir de a poco ese volumen.

Demanda deprimida

“El aumento de las infecciones (de coronavirus) y la creciente incertidumbre han hecho más frágil la recuperación económica mundial”, resaltó la OPEP en su último informe, el 14 de diciembre.

La AIE cifra en 8.8 mbd la caída del consumo de petróleo en todo el 2020, un retroceso que solo se recuperará parcialmente en el 2021.

Precios a medio camino

Los precios del petróleo han recuperado solo parte del terreno perdido. El barril del crudo Brent, la referencia para Europa, terminó el 2019 a US$ 51.80, mientras que el petróleo intermedio de Texas (WTI), referente en Estados Undiso, cerró el año a US$ 48.52.

Se sitúan así en el nivel que tenían a comienzos de marzo, cuando ya habían iniciado una tendencia a la baja debido al brote de COVID-19 en China, pero antes del hundimiento que sufrieron en abril por los confinamientos en el resto del planeta.

Ese mes, el barril del WTI entró por primera vez en terreno negativo, es decir, se pagó (hasta US$ 37 /barril) para que alguien se lo llevara, en medio de la saturación de los inventarios de crudo causada por un exceso de oferta.

Según la AIE, la demanda de crudo cayó en 16.3 mbd en el segundo trimestre. La situación estuvo además exacerbada por una guerra de precios entre Arabia Saudí y Rusia desatada a principios de marzo.

El recorte de suministros de la OPEP+, junto a reducciones y cortes involuntarios de la industria de otros países contribuyó luego de forma decisiva a la recuperación de las cotizaciones, a lo que últimamente se añadió el optimismo despertado por las vacunas contra el, que despiertan esperanzas de una de la crisis.

Aun así, los precios siguen un 20% por debajo del nivel que tenían antes de la pandemia y distan aún más de los cerca de US$ 80/barril que necesitan los exportadores de crudo para saldar sus presupuestos.

Incertidumbres

Tanto la OPEP como la AIE coinciden en que el COVID-19 mantiene una persistente incertidumbre en el sector.

Mientras que las economías de China y otras partes de Asia muestran una sólida recuperación, el panorama en Europa y Estados Unidos está poco claro ante la incógnita sobre la velocidad en la que se logrará la vacunación de la población y cuánto durarán los severos confinamientos que ahora lastran la demanda.

Por otra parte, del lado de la oferta, el mercado está viendo llegar más barriles de Libia, país socio de la OPEP que junto a Venezuela e Irán está exento del compromiso de limitar su bombeo debido a una guerra civil cuya pacificación supondría mayores suministros aún.

Otra incógnita es si el futuro Gobierno de Estados Unidos, liderado por el demócrata Joe Biden, levantará las sanciones contra Teherán. En ese caso, también Irán aumentaría su oferta.