En los próximos siete años, la UE prevé estudiar esta y otras medidas de ingresos propios para las arcas comunitarias para contribuir a devolver el principal y los intereses de la deuda que se emitirá para financiar el fondo de recuperación europeo.
En los próximos siete años, la UE prevé estudiar esta y otras medidas de ingresos propios para las arcas comunitarias para contribuir a devolver el principal y los intereses de la deuda que se emitirá para financiar el fondo de recuperación europeo.

La Unión Europea (UE) trabajará para que haya un acuerdo global sobre la tributación del sector digital en el seno de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económicos (OCDE) a mediados de este año, pero si no hay perspectivas de ello los Veintisiete siguen listos para introducir su propia tasa digital.

Es el mensaje que reiterarán los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en su cumbre de este jueves y viernes, según el borrador de conclusiones al que tuvo acceso Efe, pese a que las expectativas de alcanzar un consenso en la OCDE han mejorado con el cambio de rumbo del nuevo gobierno de Estados Unidos.

Reiteramos nuestra fuerte preferencia por un compromiso con una solución global sobre la tributación digital y nos esforzaremos por alcanzar una solución de consenso para mediados del 2021 en el marco de la OCDE. Confirmamos que la UE estará lista para seguir adelante si la perspectiva de una solución global no está próxima”, señala el texto, que aún tiene que ser aprobado en la cumbre.

Los líderes recuerdan que la Comisión Europea propondrá en todo caso un gravamen digital en la primera mitad de año, con la idea de introducirlo como tarde el 1 de enero del 2023, cuya recaudación serviría para engrosar el presupuesto comunitario.

En los próximos siete años, la UE prevé estudiar esta y otras medidas de ingresos propios para las arcas comunitarias para contribuir a devolver el principal y los intereses de la deuda que se emitirá para financiar el fondo de recuperación europeo.

Las instituciones comunitarias se han mostrado más optimistas sobre la posibilidad de lograr un acuerdo en la OCDE después de que Estados Unidos retirase en febrero su polémica propuesta Safe Harbor, un régimen que hubiera permitido a las empresas elegir entre pagar una eventual tasa digital o mantener el sistema actual por el que tributan solo en el país dónde tienen su sede.

Esta iniciativa, de la administración de Donald Trump, había supuesto un importante freno en las negociaciones.

El ministro de Finanzas portugués, Joao Leao, cuyo país preside este semestre la UE, indicó esta semana en el Parlamento Europeo que, aun cuando se encuentre una solución global, se “necesitará tiempo” para implementarla ya que requerirá ajustes de las legislaciones nacionales y quizá de los marcos internacionales.

Si el acuerdo final recae en competencias comunitarias, la Comisión tendría que presentar una propuesta para aplicarlo que debería ser aprobada por todos los países, dijo.

Las negociaciones internacionales buscan adaptar las normas sobre dónde deberían pagar impuestos las empresas digitales, de modo que tributen allí donde operan aunque no tengan presencia física en el país; y, por otro lado, lograr un consenso sobre un nivel mínimo de impuesto de sociedades a nivel mundial.

La UE cree que la pandemia ha hecho aún más urgente la necesidad de una tributación justa, ya que las digitales son de las pocas empresas que han salido beneficiadas de la misma.