cambio climático
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Advertencia para los inversionistas: si el más de dos grados, será mucho más difícil ganar dinero.

Esa es la conclusión de la firma de asesoría de inversiones Mercer LLC, que modeló las consecuencias financieras de dos, tres y cuatro grados centígrados de hasta el 2100 en un informe publicado el lunes.

El informe representa uno de los primeros intentos de modelar los riesgos de inversión específicos por sector derivados del cambio climático en décadas. Si el calentamiento se limita a no más de dos grados, el carbón y otros combustibles fósiles pierden más valor porque los países se habrían desplazado hacia una energía más limpia. Si las temperaturas suben más, los sectores con las mayores pérdidas incluirán la industria y la agricultura.

"Los propietarios de activos deben considerar el cambio climático en cada etapa del proceso de inversión, desde las creencias, las políticas y los procesos de inversión hasta las decisiones de construcción de cartera", asegura Deb Clarke, jefe global de investigación de inversiones de Mercer, propiedad de Marsh y McLennan Cos. Inc.

La advertencia es la más reciente del sector financiero sobre los riesgos físicos y financieros que plantea el aumento de las temperaturas. Mientras que algunos estrategas de inversión piensan que el cambio climático ofrecerá oportunidades, otros advierten sobre daños físicos y sociales en cascada en toda la economía.

Según el informe, limitar el calentamiento global a dos grados causaría pérdidas significativas entre ahora y el 2030 en el carbón, el petróleo, el gas, y las empresas de electricidad. Esas pérdidas serían compensadas por mayores rendimientos de las inversiones en energías renovables.

"En el escenario de dos grados, nuestra opinión es que el impacto general en el PBI es bastante insignificante", dijo Steven Sowden, director de Mercer y uno de los autores del informe, en una entrevista telefónica.

Sin embargo, si se permite que el calentamiento exceda ese nivel, los inversionistas tendrían pocas opciones buenas.

Tres grados de calentamiento evitarían pérdidas significativas en la mayor parte del sector energético, según Mercer, con excepción del carbón. Pero el daño de los fenómenos meteorológicos extremos causaría rendimientos negativos para casi todos los demás sectores, desde ahora hasta el 2030, incluidos los sectores financiero, agrícola, industrial y de consumo.

Esas pérdidas se acelerarían para el 2050. Para la mayoría de los sectores, los efectos de cuatro grados de calentamiento serían aún peores.

Mercer afirma que su modelo sugiere que el cambio climático deprimiría la economía y afectaría las tasas de interés. Si bien la mayoría de los bonos gubernamentales de los países desarrollados podrían beneficiarse de los inversionistas que buscan refugios seguros contra los riesgos climáticos, los bonos gubernamentales de Australia y Nueva Zelanda podrían ser sensibles al daño físico causado por los fenómenos meteorológicos extremos y la escasez de recursos.

Los bienes raíces en todo el mundo también sufrirían una pérdida neta, asegura Sowden. Si bien los mares crecientes y los huracanes más intensos probablemente empujarían a las personas tierra adentro, aumentando el valor de la tierra que ahora está escasamente habitada, esas ganancias se verían superadas por la pérdida de valor, o simplemente la pérdida absoluta, de amplias franjas de propiedades costeras. La tierra que permanezca habitable sería cada vez más cara de asegurar.

"Estos escenarios son negativos para el crecimiento global, y no son realmente buenos para nadie", asegura Sowden. Entre las pocas áreas de la economía que probablemente obtendrían retornos positivos en un escenario de más de dos grados se encuentra la infraestructura de mitigación de desastres, como los muros de defensa contra inundaciones.

Mercer recomienda a los gobiernos tomar medidas para cumplir con sus compromisos climáticos de París 2015, y a los inversionistas aumentar sus participaciones en infraestructura sostenible y activos de energía renovable para aprovechar el cambio.

A medida que las advertencias se multiplican, algunos administradores de fondos han tardado en incorporar los peligros del calentamiento global en sus decisiones de inversión, asegura Sowden. Pero a medida que avanza el cambio climático, los precios de los activos podrían cambiar rápidamente para reflejar el riesgo, algo que según él probablemente sucederá en los próximos cinco años.

"Si el mercado comienza a valorar estos impactos, podría comenzar a tener efectos materiales, especialmente a nivel sectorial, en un período de tiempo relativamente corto", afirma Sowden.