El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acude a emitir su voto en el proceso de consulta de revocación de su mandato. (EFE/Isaac Esquivel).
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acude a emitir su voto en el proceso de consulta de revocación de su mandato. (EFE/Isaac Esquivel).

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador buscó rápidamente aprovechar los millones de votos que recibió en el referéndum del domingo sobre su liderazgo, instando a los legisladores a aprobar una reforma constitucional para el sector eléctrico, argumentando que no respaldarla equivaldría a una “traición”.

Tras iniciar un referéndum revocatorio sobre su permanencia en el poder, López Obrador fue respaldado por más del 90% de los votantes, aunque la gran mayoría se quedó en casa.

Celebrando la votación sin precedentes como un “éxito completo”, el mandatario felicitó a sus seguidores por apoyarle, diciendo que los recuentos tenían una importancia histórica, contrastándolos con las votaciones pasadas para la oposición.

Necesito apurarme, todos a apurarnos, para no dejar obras inconclusas y para consolidar de transformación”, manifestó.

Analistas esperan que el presidente utilice el sello de aprobación de 15 millones de votantes como plataforma para intensificar los planes para llevar a cabo cambios económicos y electorales que podrían concentrar más poder en el Estado.

Roy Campos, director de la empresa de encuestas Consulta Mitofsky, dijo que López Obrador tratará de aprovechar su victoria para subrayar que ha sido elegido dos veces por el pueblo, y para seguir adelante con los planes para debilitar el organismo electoral del país.

El mandatario concluirá su mandato en setiembre del 2024, y el próximo presidente será elegido en junio de ese año.

En vísperas de los comicios, el presidente mantuvo la presión sobre los legisladores y jueces de la oposición para que apoyaran la legislación que ha defendido para reforzar el control estatal del mercado eléctrico de México.

Reforma

Esta semana el Congreso debe votar su reforma constitucional para consagrar el dominio de la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobre los operadores privados.

En un cambio de última hora, el partido gobernante Morena propuso -y ganó una precaria votación el lunes por la noche- diferir del martes al domingo una sesión legislativa para votar por la reforma a la carta magna de López Obrador.

Mientras legisladores de Morena dijeron que era para dar más tiempo al pueblo para que conociera la reforma del presidente, sus adversarios afirmaron que era una táctica para evitar que los diputados de oposición juntaran los votos necesarios para rechazarla.

La oposición ya ha dicho que no apoyará el proyecto de ley, que requiere una mayoría de dos tercios en el Congreso, y un fallo de la semana pasada en la Corte Suprema ha abierto la puerta a que otra de sus leyes de energía se enfrente a más desafíos legales.

La reforma incluye una disposición para nacionalizar el litio de México. Si la reforma constitucional no se aprueba, López Obrador dijo que enviaría otro proyecto de ley al Congreso para asegurar el litio de México, con el fin de asegurar que al menos una parte de la ley tenga éxito.

Jorge Buendía, director de la empresa de encuestas Buendía & Márquez, esperaba que el presidente recurriera a decretos y otras medidas extraparlamentarias para eludir los contrapesos a su poder.

La inseguridad jurídica actual podría mantener en el limbo nuevos proyectos en el mercado de energía, lo que daría a la CFE el control de facto en el resto de la administración, señaló.

Es probable que esto aumente las disputas con el mayor socio comercial de México, Estados Unidos, por supuestos incumplimientos de un pacto comercial regional, según analistas.

López Obrador culpó a la autoridad electoral de México, el Instituto Nacional Electoral (INE), por la participación del 17.8% en el referéndum, acusándola de actuar de forma “antidemocrática” y de intentar suprimir el voto al no instalar más casillas.

El INE lo niega, pero el presidente, que ha acusado a las autoridades electorales de haber conspirado con sus rivales para negarle la presidencia en el 2006 y 2012, presentó el mes pasado sus planes para revisar radicalmente el instituto.

Sus ataques al ente han alarmado incluso a antiguos aliados, incluyendo a Sergio Mayer, quien fue diputado federal por Morena de López Obrador entre el 2018 y 2021.

Él dijo que esperaba que el presidente trabajara para forjar consensos con la oposición si no se salía con la suya en el Congreso. Pero advirtió sobre más polarización.

Es más importante para él su ideología y su movimiento que el país. México no se merece estar dividido”, comentó.