Ante un repentino aumento de casos de coronavirus, India alberga una vez más el segundo mayor brote del mundo, superando a Brasil luego de que éste se le adelantara en marzo. Pero más allá de la posición en las estadísticas hay un enigma epidemiológico sobre las razones detrás de que el país latinoamericano haya sido mucho más devastado por el patógeno.
Cuando se trata de la escala de las infecciones, las dos naciones tienen un nivel muy similar, con casos que rondan los 14 millones y hospitales desde Bombay hasta São Paulo bajo creciente presión a medida que aumentan las hospitalizaciones. Pero es la divergencia en el número de muertes lo que desconcierta a los científicos.
Brasil, con una población de casi 214 millones de habitantes, ha visto morir a más de 361,800 personas por COVID-19, más del doble de la cantidad de muertes en India, que tiene una población mucho mayor, de 1,400 millones.
Si bien las muertes en India han comenzado aumentar y amenazan con empeorar, la disparidad a nivel macro persiste y es emblemática de las diferentes formas en que la pandemia se está desarrollando en las diferentes regiones. Los expertos dicen que esto debe entenderse y decodificarse mejor con el fin de contener este brote global y evitar futuras crisis de salud pública.
Las tasas de letalidad del COVID en el sur de Asia, incluida India, son consistentemente más bajas que los promedios mundiales, al igual como las de Latinoamérica son consistentemente más altas, lo que obliga a los virólogos a ofrecer una serie de teorías sobre por qué el COVID ha sido más más mortal en zonas desde Brasil a Argentina.
“No estamos comparando manzanas con manzanas aquí, estamos comparando manzanas con naranjas”, dijo Bhramar Mukherjee, profesora de bioestadística de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan. Por ahora, ambos países presentan un “enigma intrigante: un misterio epidemiológico que necesita a Sherlock Holmes o Miss Marple en acción”.
Brasil ha sido golpeado por múltiples olas que han matado a un número alarmante de su población joven y la semana pasada informó un aumento diario récord de 4,000 muertes relacionadas con el COVID-19.
Mientras tanto, el aumento diario de víctimas en India ha sido de alrededor de 1,000 y la semana pasada estuvo muy por debajo de esa cifra. Las muertes en el país asiático como porcentaje de casos confirmados son 1.2 versus 2.6 en Brasil, según datos compilados por Bloomberg.
Variación de edad
Múltiples factores podrían estar en juego en la brecha de fatalidades, incluidas las diferencias en la edad media: 26 años en India y 33.5 en Brasil.
Los expertos han criticado durante mucho tiempo las estadísticas de defunción más amplias de India, particularmente en sus zonas rurales. Antes de la pandemia, aproximadamente 1 de cada 5 muertes no se informaban en absoluto, según Mukherjee. Pero eso no explica por qué la tasa de mortalidad de Brasil es más alta que las naciones occidentales que también han sido duramente afectadas por la pandemia.
Inmunidad cruzada
Otras teorías detrás de la divergencia entre Brasil e India se centran en los diferentes entornos y experiencias de enfermedad de los dos países.
Algunos científicos dicen que la exposición generalizada a una serie de enfermedades en India puede haber ayudado a sus ciudadanos a desarrollar resistencia natural contra los coronavirus como el del COVID-19.
“Nuestra hipótesis, y esta es estrictamente una hipótesis, es que debido a que nuestras poblaciones están continuamente expuestas a muchos tipos de patógenos, incluidos los virus, nuestro sistema inmunológico no reacciona de manera exagerada a ninguna nueva variación”, dijo Mande Shekhar, jefe del Consejo de Investigaciones Científicas e Industriales de India en una entrevista.
Muchos expertos reconocen que la genética o la inmunidad cruzada podrían estar en juego, ya que otros países del sur de Asia, como Bangladesh y Pakistán, también han experimentado muchas menos muertes que Brasil.
Cepas mutadas
Luego está el hecho de que Brasil es el lugar donde se identificó en diciembre una de las mutaciones de coronavirus potencialmente más mortales, la variante P.1. Junto con las variantes vistas por primera vez en Sudáfrica y el Reino Unido, los estudios sugieren que estas cepas son más contagiosas.
La propagación rápida y sostenida de la variante en Brasil no dio respiro a su sistema de salud, a diferencia de la pausa que hubo entre las olas del 2020 en India, lo que ayudó a los hospitales y a los trabajadores de primera línea a recuperarse y planificar con anticipación.
La complacencia, segunda ola
La mala gestión y la fatiga causada por el COVID también se han atribuido entre las causas de la propagación desenfrenada y del aumento de las tasas de mortalidad en ambos países. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se ha opuesto a los bloqueos, enfrentándose a los Gobiernos locales sobre las medidas de mitigación pandémica, y ha ridiculizado el uso de tapabocas.