E l creciente poder económico de Asia está reconfigurando el mundo y campeonas corporativas chinas como Alibaba y Tencent están desafiando a sus homólogas occidentales. ¿Traen con ellas un estilo de gestión específicamente asiático? En un intento por averiguarlo, este columnista visitó dos escuelas de negocios de Hong Kong altamente rankeadas.
Primero, el temperamento. Yuk-fai Fong es catedrático de Administración, Estrategia y Economía, y recuerda que durante una temporada en la Escuela de Negocios Kellogg, en Illinois, sus alumnos asiáticos tendían a ser reservados. Pero cuando llegó a la Universidad de Hong Kong (HKU), descubrió que los alumnos no eran tímidos sino que se amoldaban al estereotipo del estudiante de MBA pertinaz.
Fong concluye que, en Estados Unidos, los alumnos asiáticos no estaban familiarizados con la cultura corporativa, ni siquiera con nombres de empresas. Así que se habrían sentido cohibidos de hablar en un segundo idioma en un país que no era el suyo. En Hong Kong, se sentían en casa.
En lo que Fong encontró una diferencia fue en las actitudes de los estudiantes de MBA hacia los estilos de liderazgo. Realizó una encuesta entre graduados del MBA y alumnos actuales y antiguos del programa MBA Ejecutivo de HKU —que como otros de su tipo, es a tiempo parcial y está dirigido a gente que ya trabaja en el manejo de empresas—.
El académico preguntó a los participantes sus opiniones sobre comportamientos que son deseados, como integridad, ser visionario o recompensar el desempeño; indeseados, como ser dictatorial, asocial o no ser explícito en la comunicación; o “culturalmente dependientes” —si los gerentes son, por ejemplo, burocráticos o tienen conciencia del estatus—.
La encuesta halló que los participantes asiáticos son más tolerantes que los occidentales que estudian en HKU a las características indeseadas de liderazgo, como autoritarismo o asocialidad. A ambos grupos les disgustan tales rasgos, pero a los occidentales les disgustan más. El sondeo también reveló que quienes trabajan para empresas locales son más entusiastas respecto a líderes enfocados en el desempeño que sus colegas que trabajan en empresas occidentales.
Ello podría reflejar las estructuras organizacionales que predominan en Asia, donde los negocios familiares, con frecuencia liderados por el patriarca fundador, son más comunes. Steven Dekrey, decano asociado de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong (HKUST), señala que los estudios de casos clásicos sobre grandes corporaciones occidentales desarrollados por escuelas de negocios estadounidenses son menos relevantes en el contexto asiático.
Por ello, HKUST usa más casos basados en negocios familiares. Su programa MBA Ejecutivo permite a los alumnos presentar ejemplos de su propia experiencia, muchos de los cuales provienen de empresas familiares. Y debido a que esa orientación en las empresas asiáticas hace que pocas estén habituadas a ser cuestionadas por sus directorios, Dekrey maneja un programa para el desarrollo de directores independientes que llenen ese vacío.
Su universidad también anima a los alumnos a pensar que el “propósito corporativo” es más que hacer dinero. Mientras que las empresas en Estados Unidos y Europa declaran cada vez más que se preocupan por otras cosas, además de sus resultados financieros —con diversos grados de sinceridad—, esa idea es novedosa en Asia, donde los ejecutivos se guían mayoritariamente por el afán de lucro.
Obviamente, las escuelas de negocios solo pueden enseñar todo esto a quienes se matriculan. Las corporaciones asiáticas todavía no aprecian plenamente los beneficios del MBA. Esa es su última gran diferencia con Occidente. No obstante, Dekrey observa algunas señales alentadoras para el crecimiento de la educación ejecutiva en Asia.
Entre quienes están interesados en un MBA, son más los dispuestos a elegir un centro de estudios asiático como HKUST. Aunque apodada “Universidad del Estrés y la Tensión”, es un lugar atractivo para estudiar, cuya vista a la Bahía Clear Water invita a la reflexión y el aprendizaje.
Al haber establecido su programa MBA Ejecutivo con el respaldo de Kellogg, ha comenzado a asesorar universidades en otros países, tales como la Escuela de Administración Skolkovo de Moscú. Y este mes abrirá camino con su nuevo campus en la provincia china de Cantón. Se espera que muchos miembros del cuerpo docente se muden a China continental.
Cuando el Imperio británico estaba en expansión, se decía que “el comercio seguía a la bandera”. Quizás hoy la educación ejecutiva siga al poder económico. Algún día, los estilos de gestión chinos podrían llegar a ser vistos como modelos para las compañías internacionales —y las escuelas de negocios chinas podrían llegar a rivalizar con las estadounidenses—.
Traducido para Gestión por Antonio Yonz Martínez
© The Economist Newspaper Ltd,
London, 2019