Redacción Gestión

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TASA DE INTERÉS. La semana pasada el Banco Central de Reserva redujo la de 3.75% a 3.5% en un nuevo intento por darle un impulso a nuestra economía.

La razón: "Los indicadores actuales y adelantados de la actividad económica continúan mostrando un crecimiento más débil del esperado". En eso estamos de acuerdo todos, sobre todo si consideramos los datos adelantados de agosto cuando el consumo de electricidad creció al menor nivel del año, las importaciones tuvieron su mayor caída y tanto el consumo de cemento como la recaudación del IGV interno fueron negativos.

La pregunta, no obstante, es si bajar la tasa de interés va a ayudar en algo a solucionar estos problemas. La idea detrás de bajar la tasa de interés de referencia es que los bancos puedan trasladar este recorte a sus clientes, abaratando su financiamiento y, por ende, haciendo más rentables sus proyectos de inversión.

Sin embargo, en lo que va del año, los créditos corporativos (a las grandes, medianas, pequeñas y microempresas) vienen creciendo por encima del 18%. Los créditos de consumo, por su parte, han crecido 12.5% hasta julio, mientras que el PBI se ha expendido tan solo 3.3% en el primer semestre y el desestacionalizado se ha mantenido virtualmente entrampado con un crecimiento menor al 0.5%.

Como dijo el director de la maestría de economía de la Universidad del Pacífico, Juan Mendoza, en este diario, "la tasa de expansión del crédito se encuentra en el límite de lo prudente".

Si esto es así, es decir, si no hay un problema de liquidez en el mercado y las empresas vienen financiándose a ritmo acelerado, entonces cualquier maniobra en la política monetaria tendrá un efecto limitado sobre la economía dado que el efecto que quisiera generar ya viene ocurriendo.

Más importante en estos casos es motivar las decisiones de inversión despejando los obstáculos, en los que venimos insistiendo, como flexibilizando el régimen laboral y creando un sistema tributario más adecuado.

Pero lo más preocupante de la notable expansión del crédito es que la inversión privada en el primer semestre se ha mantenido estancada. ¿A dónde se está yendo ese dinero entonces?