(Foto: Perú21)
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SISTEMA FINANCIERO. Uno de los pocos sectores que se mantienen optimistas sobre las perspectivas de corto y mediano plazo de la economía peruana, es el bancario. Y la entidad que supervisa a los bancos y al resto de empresas del sistema financiero peruano, la SBS, se ocupa de hacer que sus reguladas mantengan los pies en la tierra. Siempre atenta al entorno económico y político, realiza evaluaciones de riesgo de manera sistemática y periódica que ayudan a despejar dudas –o a tomar medidas preventivas si se detecta algún asomo de dificultades–.

La SBS acaba de publicar los resultados de un análisis de solvencia que concluye que el sistema financiero peruano es resistente a choques severos y simultáneos, tanto externos como internos. Los potenciales riesgos externos son el aumento de medidas comerciales proteccionistas entre China y Estados Unidos, el menor crecimiento global y el incremento en las tensiones geopolíticas.

Los internos son el incremento de los conflictos sociales, el deterioro del sector construcción y el retraso en la reconstrucción y proyectos de infraestructura. La conflictividad social ha estado focalizada, pero la escasa capacidad del Gobierno en prevención y solución podría resultar en más conflictos y de mayor alcance. En cuanto a la construcción, su desempeño ha estado sustentado en la inversión privada, pues la inversión pública ha sido decepcionante este año, de modo que el retraso que la SBS considera como riesgo sería un empeoramiento de lo que ya ha sido bastante malo.

Con todo, la entidad señala que incluso si el “estrés severo” durase tres años, el sistema financiero peruano tendría la solvencia para hacerle frente, aunque sería necesario aplicar medidas para reducir el estrés, como reducir el encaje o realizar operaciones de reporte de cartera de crédito –ambas estarían bajo el ámbito del BCR–. La SBS dice que dicha resistencia responde, principalmente, a la fortaleza de los “colchones de capital” y provisiones requeridas por el marco regulatorio. Es que la normativa financiera peruana es bastante estricta y tiene un enfoque preventivo.

Él análisis también tomó en cuenta el impacto de los riesgos según segmento de crédito, para lo cual utilizó el ratio de incumplimiento del pago de deudas (RI) ante escenarios de estrés y estrés severo. Como podría esperarse, el segmento corporativo es el menos vulnerable, y los más vulnerables son los de mediana y pequeña empresa (mype). Además, nueve de cada diez microempresas que pasan a ser pequeñas empresas logran mantenerse al día en sus pagos. Esto es una buena noticia respecto a los emprendedores que recién comienzan.