Pescadores de Ancón. (Foto: USI)
Pescadores de Ancón. (Foto: USI)

RECLAMOS PESQUEROS. Los reclamos de los pescadores artesanales y los consiguientes paros han atraído la atención mediática porque provocaron la renuncia de un ministro (y un viceministro). Aún no se sabe qué estaría motivando sus protestas, pero hay que recordar que este año se elegirán nuevas autoridades regionales y municipales, y que a esta actividad se dedican alrededor de 60,000 personas, de modo que se trata de una masa crítica electoral importante.

Es que algunas de sus demandas parecen más políticas que medidas para mejorar su situación socioeconómica. Por ejemplo, el pliego de reclamos que presentó al Gobierno el gremio que los representa, la Federación de Integración y Unificación de los Pescadores Artesanales del Perú (Fiupap), contiene entre sus siete puntos la derogación de la ley que crea el Seguro Obligatorio del Pescador Artesanal (SOPA), pese a que este beneficio surgió a raíz del diálogo que entabló el Gobierno de PPK con los propios pescadores.

Las demandas de corte político incluyen la restitución del Ministerio de Pesquería, así como el rechazo a la posible adhesión del Perú a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), pues el gremio entiende que “solo nos quedaríamos con doce millas” –en realidad, el país tendría exclusividad económica sobre sus 200 millas–.

También llama la atención el pedido para que el Gobierno levante las observaciones hechas por el Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes) a los desembarcaderos pesqueros artesanales. Es que solo siete cuentan con su visto bueno para poder exportar, pero aunque el Gobierno acceda a pasar por alto esa evaluación técnica, el mercado exterior no aceptará productos que incumplan los estándares sanitarios requeridos.

Un punto que no formaba parte de este pliego de reclamos –surgió la semana pasada– es la exigencia de derogar los decretos que autorizan la firma de la adjudicación de cinco lotes petroleros en el zócalo continental. El primer ministro, César Villanueva, ha prometido “revaluar” esas concesiones, aunque nadie ha explicado cómo afectarían a la pesca.

El nuevo titular del Produce ha dicho que seguirá la línea dejada por su antecesor en pesca artesanal. Imaginamos que no se refería a ofrecer más renuncias, de modo que el Gobierno tendrá que hilar fino para que el diálogo esté centrado en brindar información que haga comprender que su objetivo es ayudarles a dejar de ser pescadores artesanales para convertirse en empresarios pesqueros. Ceder a reclamos sin sustento no es la solución.