La ampliación terminaría en cinco años. (Foto: USI)
La ampliación terminaría en cinco años. (Foto: USI)

OBRAS. En el Perú, la construcción de infraestructura semeja más la parsimonia de los caracoles, que son muchísimo más lentos que las tortugas. Las experiencias de retrasos, reformulaciones, suspensiones, adendas y aplazamientos son tantas, que los anuncios de nuevas concesiones y nuevos plazos generan incredulidad. Eso sin considerar la interrupción de algunos megaproyectos a raíz de los escándalos de corrupción.

Un ejemplo emblemático de las demoras es la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJC). A estas alturas, la segunda pista de aterrizaje y el nuevo terminal ya deberían estar operativos, pero la indiferencia de las entidades del Estado –ministerios, reguladores, agencias de promoción– detuvo el proyecto, pues no se levantaron las trabas que impedían comenzar las obras. Recién la semana pasada, firmó con Lima Airport Partners (LAP), operadora de la concesión, el acta de entrega de terrenos para el inicio de la ampliación.

LAP ha informado que arrancará esa tan esperada fase en diciembre, que la pista de aterrizaje estaría en el primer trimestre del 2022 y el terminal, en el último trimestre del 2023. La concesionaria estima que invertirá US$ 1,500 millones. Aunque la noticia no recibió la cobertura que merecía, pues la atención mediática y del público estuvo centrada en la audiencia de prisión preventiva contra Keiko Fujimori y otros, y en la crisis de su partido, se trata quizás de uno de los mejores anuncios económicos del año.

Si bien para LAP el camino estaría despejado, el Gobierno todavía tendrá que lidiar con un complicado proceso judicial para la expropiación de un terreno que formará parte de la ampliación del AIJC. El ministro de Transportes, Edmer Trujillo, ha declarado que se llegó a un “acuerdo documentado” con la familia propietaria del predio. El Gobierno tendrá que estar muy atento al desenvolvimiento de este caso, pues las autoridades suelen distraerse con los temas coyunturales.

El inicio de la ampliación del AIJC le podrá servir al presidente Vizcarra como oportunidad para comenzar a trabajar en una agenda económica de mediano y largo plazo. Tendrá que cuidarse de no caer en la complacencia –como le ocurrió a otros gobiernos– y aprovechar este impulso para buscar la solución a proyectos que avanzan a paso de caracol: Metro 2, Majes-Siguas, Alto Piura (que parece que estará parado por más tiempo), puertos, aeropuertos, carreteras, infraestructura de saneamiento, hospitales, colegios, comisarías, etcétera.

El mandatario se reunirá hoy y mañana con nueve gobernadores y 58 alcaldes electos. Sería importante que en la cita se incluya la urgente necesidad de destrabar obras y no detener las que están en curso.