Proyecto Tía María en Arequipa. Operador: Southern Perú Copper. Inversión: US$ 1,400 millones. (Foto: GEC)
Proyecto Tía María en Arequipa. Operador: Southern Perú Copper. Inversión: US$ 1,400 millones. (Foto: GEC)

TÍA MARÍA. Hace casi 25 años se iniciaron las actividades de exploración para el proyecto minero Tía María y a pesar de haberse elaborado ya dos estudios de impacto ambiental, la puesta en marcha del proyecto aún podría demorar. Si bien el ministro de Energía y Minas, Francisco Ísmodes, reconoce que la empresa Southern Perú, a cargo del proyecto, ya levantó las observaciones que se le formularon en su momento, no precisa por qué no se le otorga aún la licencia de construcción.

Aunque no lo ha dicho directamente, las declaraciones dadas por el ministro a la prensa extranjera dan a entender que la falta de un consenso mayoritario entre la población a favor del proyecto es una de las causas de la demora, al punto de afirmar que aun cuando se les entregara la autorización de construcción, esta no iniciaría hasta que la compañía cuente con el apoyo social necesario.

Según Ísmodes, esta es también una decisión de la empresa Southern Perú, sin embargo, reconoció que no se requiere unanimidad. Frente a ello las preguntas que saltan son: ¿Qué es lo que el Gobierno espera? ¿Existe algún dispositivo que establezca cuál es el porcentaje de consenso requerido? ¿Hay una encuesta o indicador oficial que mida ese consenso, ya que se desconfía del sondeo que realiza Southern?

En el país existe más de un ejemplo que demuestra que lograr el consenso es una labor imposible. El Consejo Nacional de Trabajo es un claro ejemplo de ello, además, este consentimiento puede variar día con día, hoy lo tienes y mañana no. Las Bambas lo demuestra. Siendo así, ¿cuál es el mensaje que intenta dar el Ejecutivo?

Si el Gobierno prefiere no apostar por los proyectos mineros debido a la alta carga de riesgo de conflictos sociales que representan y que en la práctica le cuesta manejar adecuadamente, debería ser claro y decirlo directamente. La fórmula que está utilizando en el caso de Tía María suena a mecida y le da un mal mensaje a los inversionistas, pues al parecer no importa cuánto te esfuerces por cumplir con lo establecido en las leyes, aun así, podrías no lograr que tu proyecto vea la luz.

El Perú requiere de la inversión privada para generar trabajo y poder crecer a las cifras necesarias para mover la aguja de la pobreza, y demorar innecesariamente proyectos que de por sí requieren de muchos años para madurar, no es el camino correcto.