(Foto: USI)
(Foto: USI)

INFRAESTRUCTURA EDUCATIVA. El último reporte de competitividad elaborado por el Foro Económico Mundial ubica al Perú entre los peores países en nivel de educación; así, nos sitúa en la posición 83 de 140 economías a nivel mundial, en calidad del sistema educativo.

Para avanzar en calidad educativa se necesita mejorar la capacidad de los profesores, pues solo así podrán mejorar la calidad de la enseñanza y la forma en que enseñan. Este aspecto implica capacitarlos permanentemente, evaluar su desempeño, premiar a los mejores y sacar de la carrera a quienes no cumplan con los estándares necesarios, pero también una mejora en las remuneraciones de quienes se dedican a la docencia.

Pero otro factor relevante en esta búsqueda de calidad educativa pasa por los temas de infraestructura y, lamentablemente, las últimas cifras del MEF evidencian un grave problema en este punto. Así, de 1,341 proyectos de mejora y construcción de nueva infraestructura educativa en manos de los gobiernos regionales, en 601 proyectos la inversión hasta el momento es cero, es decir, a pesar de tener el presupuesto asignados para esta labor, los gobernadores regionales no han hecho nada.

Lo que es peor, debido a esta inacción existen alrededor de S/ 1,143 millones sin ejecutarse, destinados para que los gobiernos regionales los usen en centros educativos (construcción de nuevos o rehabilitación y mantenimiento de los existentes), que en caso de no ejecutarse volverían al Tesoro Público en los próximos meses. Departamentos como Huancavelica, Áncash y Huánuco son los que más retrasos presentan en la ejecución de los proyectos planteados.

Si bien el año escolar está por entrar a su último bimestre, este es el mejor momento para hacer todos los trabajos de infraestructura que permitan que los estudiantes inicien el año escolar 2020 en las mejores condiciones y no ver nuevamente las escenas que cada marzo se viven en el país: colegios con carencia de aulas, aulas derruidas, sin puertas, techos o ventanas, sin servicios higiénicos o, lo que es peor, alumnos que se deben desplazar a kilómetros de distancia debido a la falta de una escuela más cerca de su casa.

La descentralización transfirió gran parte de la labor de infraestructura a los gobiernos regionales. Ya es hora de que estas autoridades asuman su responsabilidad. También sería importante escuchar a los sindicatos de maestros reclamar a los gobernadores regionales por estos temas.