Ministerio Público. (Foto: USI)
Ministerio Público. (Foto: USI)

MINISTERIO PÚBLICO. El sistema de justicia en el Perú y la lucha contra la delincuencia y la corrupción reposan en seis columnas, cada una de ellas autónomas, pero cuyo trabajo se entrelaza: la Policía, el Ministerio Público, el Poder Judicial, la Academia de la Magistratura, el Consejo Nacional de la Magistratura y el Tribunal Constitucional. El mal funcionamiento de alguna de ellas puede traer abajo la labor que realizan las otras.

Los audios que desde hace algunas semanas vienen haciéndose públicos revelaron un grave problema al interior del Poder Judicial y el Consejo Nacional de la Magistratura, lo que obligó a que se tuviera que destituir a todos sus integrantes y que, desde las más altas autoridades tomaran en serio la necesidad de emprender una reforma al interior del Poder Judicial. Una reforma que, sin duda, no será fácil pero que resulta indispensable.

Lo sucedido también ha puesto un halo de duda en la labor que pueda realizar el recientemente nombrado fiscal de la Nación al haber sido parte de los audios difundidos. Pero no solo eso, sino que ha quedado en evidencia la existencia de facciones al interior de dicha institución.

Así, queda claro que los fiscales supremos Pablo Sánchez y Zoraida Ávalos, quienes votaron a favor de postergar la juramentación de Gonzalo Chávarry como fiscal de la Nación hasta que se aclaren los hechos que se desprenden de los audios, tienen una postura muy diferente de la de los fiscales supremos Tomás Gálvez y Víctor Raúl Rodríguez, quienes votaron en contra de la postergación y aún hoy siguen sin ver la necesidad de que el fiscal de la Nación dé un paso al costado.

Pero esto que sucede en la cabeza de la Fiscalía se repite en otros niveles también, y este aparente desgobierno ha puesto las luces sobre el problema. Las declaraciones de diversos fiscales, principalmente José Domingo Pérez, en los últimos días muestran que existe una clara discrepancia entre quienes deberían trabajar juntos hacia una misma meta y, al parecer, los apetitos de figuración o quizás el interés por alguna carrera política a futuro ha llevado a acusaciones, que, de ser ciertas, tenían canales oficiales para tramitarse.

Sí, los encargados de llevar adelante las investigaciones están más preocupados en convertirse en estrellas o confabular contra sus pares, se entiende el porqué de las demoras o la falta de celeridad para cumplir con su labor.

Esta situación solo corrobora que una reforma del sistema solo podrá ser eficaz si se realiza desde afuera y en las seis entidades.