La pequeña agricultura fue la principal beneficiada. (Foto: Andina)
La pequeña agricultura fue la principal beneficiada. (Foto: Andina)

Sector Agropecuario.¿Cuál es la política agraria? ¿Existe? Estas son preguntas que muchos pueden estar haciéndose, por lo menos desde hace tres años. En el sitio web del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) figura un documento llamado “Plan Estratégico Sectorial Multianual 2015-2021” o Pesem 2015-2021, cuyas últimas evaluaciones de avances y consiguiente actualización parecen haberse realizado el 2016. No hay publicadas evaluaciones ni actualizaciones más recientes.

Desde entonces, han pasado por el Minagri otros tres ministros –y dos presidentes por Palacio de Gobierno–, quienes se contentaron con hacer anuncios y plantear iniciativas para resolver problemas puntuales como, por ejemplo, ayudar a los productores de papa porque sembraron en exceso o prometer cambios a los agricultores afectados por El Niño costero. Pero no se han implementado políticas programáticas e integrales que engloben toda la problemática del sector, que afecta principalmente al componente orientado al mercado interno.

Cuando se trata de defender su labor, los titulares del Minagri optan por destacar el éxito de las agroexportaciones y, por supuesto, el apoyo del Gobierno de turno para diversificar la oferta. Es cierto que el éxito de esta actividad –que crece ininterrumpidamente desde el 2009 y lidera el subsector no tradicional– se debe en parte a medidas del Estado, pero estas fueron implementadas desde hace más de 20 años y tomó tiempo para que cuajasen, porque las reformas de largo plazo son precisamente eso.

Pero en cuanto al agro que produce para consumo nacional, se dice poco y se hace menos. Una de las escasas iniciativas es el Fondo Mi Riego, creado el 2013 –al igual que el Pesem, durante el Gobierno de Ollanta Humala– y que el 2017 se le cambió el nombre por Sierra Azul. Su función es financiar obras hidráulicas en la sierra. En enero, el MEF publicó una evaluación que concluye que el Fondo “muestra indicadores de gestión superiores a la mayoría de otras intervenciones, aunque inferiores a Foncodes por el tema de la capacitación en gestión administrativa”.

En otras palabras, no habrá que comenzar desde cero, pues ya se tiene un programa que está caminando y que solo necesita ser afinado. El gran desafío de Fabiola Muñoz –la primera mujer al frente del Minagri en sus casi 80 años de existencia–, es articular la implementación de una política que además de ampliar el acceso al agua en otras zonas, incluya la solución a las restricciones de financiamiento, información, propiedad y asociatividad, así como reducir la informalidad en el campo, que no solo es laboral, y mitigar los efectos del cambio climático. ¿Se animará a hacerlo?

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