CRECIMIENTO ECONÓMICO. Desde Canadá, la ministra de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva, anunció que la economía peruana ya no crecerá el 4% que tenía proyectado el MEF, sino que el avance será menor, entre otros factores por las implicancias del coronavirus.

Aunque ayer Alva trató de bajarle el tono a sus declaraciones afirmando que el coronavirus tendrá un impacto limitado en la economía peruana, lo cierto es que este virus, que se expande en el mundo, se presenta como la excusa perfecta para que el Gobierno sincere las cifras de crecimiento.

Las proyecciones del MEF y del BCR (que oficialmente estiman un crecimiento de 3.8% en el 2020) son consideradas muy optimistas por diversos agentes económicos. Una muestra es el pronóstico mostrado por el reporte LatinFocus Consensus Forecast que recoge estimados de 32 entidades que, en promedio, prevén un avance de solo 3.1%. Incluso, ya hay entidades como Goldman Sachs que ya bajó su proyección a solo 2.8%, a la que se sumarán rebajas de otras instituciones en los próximos días. El consuelo es que esta tasa sigue siendo más alta que la de países vecinos.

El coronavirus se ha convertido en una nueva amenaza que viene del exterior, pero su impacto es incierto. Pero hay otros riesgos externos como la continuación de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el Brexit en el Reino Unido y la tendencia de la caída de los precios de los minerales.

A nivel interno, la economía deberá enfrentar un nuevo escenario político con un Congreso que inicia funciones y, en el segundo semestre, el inicio de la campaña electoral con miras a las elecciones generales del 2021. Además, la inversión privada crecerá más lentamente. En este escenario, lo único que sostendrá el crecimiento será la inversión pública y el consumo privado.

Ya en el 2019 el Perú creció apenas 2.16%, la tasa más baja en 10 años. Para cambiar esta situación se requiere liderazgo y confianza. La desaprobación de la ministra Alva subió de 41% a 50% según Datum. Mientras no funcionaba el Congreso, el Gobierno pudo impulsar alguna reforma, pero no se hizo. Hoy solo queda esperar alguna reacción para generar un shock de confianza