Edificio de la Reserva Federal de EE.UU.
Edificio de la Reserva Federal de EE.UU.

PANORAMA. Este año no podía empezar mejor para la economía mundial. A mediados del mes pasado, el FMI anunciaba que incrementaba sus proyecciones, mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se jactaba de los sucesivos récords históricos que se alcanzaban en Wall Street.

Sin embargo, en los últimos días unos nubarrones parecen oscurecer el panorama para las bolsas de Estados Unidos, lo cual además está arrastrando a sus similares en otras partes del mundo, incluida América Latina.

Sendos desplomes desde la semana pasada han borrado más de US$ 2 billones (aproximadamente 8 veces la producción total anual del Perú) de la valorización de las acciones en Wall Street. Y la agitación aún continúa.

Las crecientes expectativas de mayores alzas de la tasa de interés de la Reserva Federal para este año, impulsada por señales de un repunte de la inflación en Estados Unidos, impulsó una ola vendedora de acciones, sobre las cuales ya existían advertencias de sobrevaloraciones.

Ello en momentos en que los rendimientos de los bonos referenciales del Tesoro de Estados Unidos tocaban niveles récords en cuatro años, evidenciando la llegada de mayores tasas de interés.

Si bien se esperaba una corrección de los precios de las acciones, y se señalaba que la corrección ya venía demorada, no se esperaba que esta llegara a la velocidad que se viene dando, ni en la magnitud que hasta ahora se registra.

Por ahora se estima que la caída de Wall Street solo se trata de esa demorada corrección, y que solo una recesión económica en Estados Unidos podría provocar un gran desplome bursátil. Sin embargo, las millonarias pérdidas han instaurado temores en los mercados, por lo que no debiera sorprender el registro de nuevas caídas.

Queda ver ahora cómo va a reaccionar la Fed, bajo una nueva dirección, la misma que puede sumar mayor inestabilidad a unos mercados acostumbrados a recibir promesas de continuidad de las medidas de estímulo.

Asimismo, muchas economías de la región, incluido el Perú, casi han dado por descontando un prometedor panorama para la economía mundial para este año, el cual podría verse enturbiado por una mayor agitación de los mercados. Y es que la ola vendedora ha llevado también al retiro de capitales de países emergentes y a caídas de los commodities, muy importantes para las economías de la región.