PBI. El producto del Perú se expandió 2.5% en el 2017; mientras que el de Costa Rica reportó un crecimiento de 3.2%. (Foto: USI)
PBI. El producto del Perú se expandió 2.5% en el 2017; mientras que el de Costa Rica reportó un crecimiento de 3.2%. (Foto: USI)

CRECIMIENTO. Nuevamente un resultado para el olvido. El PBI de mayo apenas creció 0.63% respecto del mismo mes del año pasado, y aunque el efecto estadístico tuvo mucho que ver, pues la valla era bastante alta (6.68%), hay que anotar que también jugaron en contra factores como el pobre desempeño de la inversión pública. Según el INEI, construcción se contrajo debido a la caída de 17.91% en el avance físico de obras, que es el componente estatal de ese sector, en los tres niveles de gobierno –nacional, regional y local–.

Ello significa que el Gobierno está fallando en aplicar una política fiscal contracíclica que sirva de estímulo para una economía desacelerada –o peor, estancada, como ocurrió en abril y mayo–. El argumento del periodo de aprendizaje en gobiernos regionales y municipios ya no sería tan válido, pues en mayo se cumplieron cinco meses desde que asumieron, tiempo más que suficiente para haberse empapado de lo necesario para ejecutar sus presupuestos. El hecho de que también cayó la inversión del Gobierno nacional deja mal parados a varios ministerios.

En suma, la inversión pública no ayudó, tampoco lo hizo minería e hidrocarburos –tuvo su décima caída en doce meses–, ni el mar, ya que la anchoveta siguió brillando por su ausencia, lo que afectó a la industria primaria, aunque la no primaria también se contrajo. Mayo fue un mes tan atípico que los siete sectores con mayor contribución al crecimiento del PBI fueron no primarios. El único sector primario que sacó la cara fue el agropecuario, que lleva registrando tasas positivas desde junio del 2017.

A falta de un estímulo fiscal adecuado, se podría esperar que la política monetaria se haga ligeramente más flexible, pero la semana pasada el BCR decidió mantener en 2.75% su tasa de interés de referencia –está en ese nivel desde marzo del año pasado–. La entidad dice que “la posición expansiva de la política monetaria estimula el crecimiento del crédito al sector privado”, aunque en el pasado ha tenido tasas más bajas, como entre julio del 2009 y agosto del 2010, para contrarrestar los efectos de la crisis financiera. Lo que habría influido en mantener la tasa es que el crédito de consumo está aumentando mucho más que el empresarial.

Dado que entre junio y setiembre del año pasado el PBI no pudo crecer por encima de 3%, el efecto estadístico no será una valla muy alta. Quizás por ello el MEF sigue insistiendo en que la economía se recuperará a partir del tercer trimestre –que comenzó este mes–. Ya en junio la inversión pública fue positiva en los tres niveles de gobierno, según el BCR, así que quizá los magros resultados de abril y mayo no vuelvan a repetirse.