Plan de Gobierno de APP, en la palabra de Daniel Córdova.
Plan de Gobierno de APP, en la palabra de Daniel Córdova.

Daniel Córdova

Jefe de Plan de Gobierno de Alianza para el Progreso (APP).

El Plan de Gobierno de APP implica un cambio del modelo de economía política. Quienes lo elaboramos fuimos en su momento defensores de “modelo económico”. No obstante, hace por lo menos diez años, constatamos que lo que el modelo económico permite con una mano, el modelo político lo borra con la otra. Y que este modelo político fallido es indisociable del modelo económico, de su carácter exclusivamente macroeconómico y su indiferencia y desconocimiento de lo que sucede en el terreno de lo micro.

El Poder del Estado que más daño le ha hecho al país es, sin lugar a dudas, el Ejecutivo. El Ministerio de Finanzas (sic) y el BCR han sido buenos guardianes de la prudencia fiscal y monetaria. Pero no hemos tenido Ministerio de Economía. La inversión pública no se ha planificado e impulsado de manera efectiva, no se ha promovido la inversión privada (de la cual se desconfía sistemáticamente) y se ha dejado que el presupuesto público crezca para pagar cada vez más burocracia allegada al regimen de turno, generandose así aun más trabas contra la inversión.

Para financiar ese gasto ineficiente, se ha seguido estrangulando a la minoría formal y se recabado cada vez más IGV de todos los peruanos. El resultado han sido pésimos servicios públicos, como bien lo hemos comprobado trágicamente con la pandemia y constatamos cada vez que transitamos por ese remedo de carretera llamado “carretera central”.

La realidad es que los “guardianes del modelo conómico” no están intersados en la población de menores recursos. Ellos, que dominan ahora la opinión pública oficial, solo esperan que el “riesgo país” no baje, para hacer tranquilos sus negocios financieros a costa de quienes generan valor en el sector real. Que las calles no estén asfaltadas, que millones de peruanos no tengan desagüe, que las ciudades crezcan a partir de tráfico de terrenos, son temas que se tocan y se abandonan a uno que otro tibio articulo de opinión.

El Congreso de la República, a su vez, no ha contribuido con reformas estructurales. La mayoría de veces ha propuesto leyes populistas poco efectivas, como la ley que propone la “línea aérea de bandera” o aquella que propuso la cancelación de los peajes. Y las pocas veces que ha cuestionado al establishment financiero, muchas veces con razón, se ha utilizado su desprestigio para acursarlo de todos los males que nos aquejan, dejando sin efecto sus propuestas de reforma.

La Policía Nacional ha sido maltratada y no se ha podido reformar como hubiese sido posible. El Poder Judicial, con excepciones, no convoca a los mejores abogados del país. Y la politización de la Fiscalía es escandalosa, al punto que ya está quedando claro que en el caso Lava Jato se está tratando de manera sospechosamente benévola con Odebrecht, la empresa líder de la megacorrupcón.

El panorama entonces es claro: el Perú tiene uno de los Estados más solventes financieramente del planeta (lo mostró The Economist hace unos meses), pero de preocuparse tanto y de manera obsesiva en el “riesgo país”, ha descuidado el bienestar de la población ¿De qué nos vale un equilibrio financiero de Suiza, si tenemos servicios públicos de Angola?

El cambio con rumbo que propone APP tiene como objetivo impulsar la inversión privada, realizando una reforma profunda del Estado en su totalidad, para que los recursos financieros redunden en servicios públicos de calidad, procurando a su vez integrar a la formalidad a la masa de mayoritaria de emprendedores informales. Lo que proponemos es pues un schock de gestión.

A nivel económico destacamos la reforma del Poder Ejecutivo. En particular la reducción de 19 a 16 el número de Ministerios y la creación de tres Ministerios clave: el Ministerio de Obras Públicas para cambiar cerrar la brecha de infraestructura que arrastramos, con énfasis en la Inversión privada en servicios públicos; el Ministerio de Ambiente Ordenamiento Territorial y Urbanismo para que nuestro desarrollo se de de manera sostenible y ordenado; y el Ministerio de la Juventud Emprendimiento y Deporte, que canalizará la energía de la innovación y generación de valor.

Proponemos un sinceramiento de las cotizaciones sociales a través del uso del IGV para su recaudación, reduciendose progresivamente su carga a la planilla. Así, con la digitalización total de las transacciones, se reducirá la brecha entre el costo de ser formal y el beneficio de ser informal. Tenemos que terminar con la exlcusión económica de la gran mayoría informal.

En educación, se potenciará la educación pública a todo nivel, con un impulso especial a la educación técnica, siempre incentivando la cooperación con la empresa privada y la sociedad civil. La salud se reformará por completo, con redes y logistica articuladas. La policía se potenciará con un uso intensivo de la tecnología.

Se prestará especial atención a la calidad profesional de la función pública. En el Poder Judicial, por ejemplo, la Academia de la Magistratura será llevada a niveles por lo menos similares al de la Academia Diplomática.

Por último, se revisará la reforma política para quitarle la carga demagógica que le dio Vizcarra. Apostaremos por la bicameralidad, distritos electorales uninominales pequeños para diputados y validaremos la reelección de autoridades regionales y parlamentarias. Y se fortalecerá la capacidad ejecutiva de gobiernos locales y regionales.

El Plan de APP es un Plan desarrollista, basado en la convicción de que solo una cooperación público – privada institucionalizada y consciente sacará adelante a nuestro querido país.