A pocos días de las Fiestas Patrias, es importante resaltar algunos logros de la implementación en el Perú de un modelo económico estable y abierto al mundo, que generó grandes avances y mejoras en la calidad de vida de gran porcentaje de la población, y retomar el camino de consolidación de nuestra economía. En los primeros catorce años del presente siglo, el país creció a una tasa promedio anual de 5.5 %, por encima del promedio mundial de 4 % y del promedio de América Latina de 3.3 %. Ello permitió la mejora significativa de un conjunto de indicadores sociales y económicos. Lamentablemente, de 2015 a 2019, se volvió a crecer por debajo del promedio del mundo de forma integrada, debido a la falta de convicción nacional sobre la necesidad de profundizar el modelo implementado. En los tres últimos años, la pandemia demostró las grandes falencias de las instituciones del Estado, con el retroceso no solo en un conjunto de indicadores, sino también por las acciones del Congreso peruano, que está complicando nuestro futuro a través de normas antitécnicas, como en el caso, por ejemplo, del control de las tasas de interés, que ha excluido a un sector importante de la micro y pequeña empresa del acceso a financiamiento.