Miguel Jiménez González-Anle
BBVA Research
Durante los últimos meses la evolución de la economía global ha sido el resultado de un equilibrio entre dos fuerzas opuestas: el choque brutal de la pandemia y la respuesta masiva de las políticas económicas, tanto monetaria como fiscal. Los vaivenes de la actividad han respondido a las sucesivas olas de la enfermedad, siempre con respuestas agresivas de los principales bancos centrales y de los Gobiernos con capacidad para aumentar sus déficits.
Así, a la fuerte recesión del segundo trimestre del año siguió una recuperación mayor de la prevista en el tercero, que se ha visto frenada a partir de octubre por una segunda ola de la COVID-19, a su vez respondida con nuevos estímulos. Con ello, se ha conseguido evitar un colapso de la actividad económica y el contagio de los problemas a los mercados financieros, que habría multiplicado los impactos.
Durante la pausa navideña se han producido algunos acontecimientos que apuntan a que la pandemia y las medidas de apoyo van a seguir determinando el panorama económico. Por un lado, tras la buena noticia de la alta eficacia de las vacunas, su distribución ha arrancado más lentamente de lo previsto en la mayoría de las geografías. Además, a la aceleración de los contagios a finales de año se ha añadido la incertidumbre de la posible extensión de cepas de la COVID-19 más contagiosas desde sus focos de origen (principalmente Reino Unido) al resto del mundo, lo que apunta a una recuperación lenta en el corto plazo.
Por otro lado, la mayoría conseguida por el partido demócrata en el senado de EE. UU. tras las elecciones de Georgia, de mayor relevancia económica que los eventos del Capitolio, ha desencadenado la expectativa de un estímulo fiscal adicional durante la primera mitad de 2021, propiciando una toma de riesgo en los mercados financieros, con subidas de las bolsas y de los tipos a largo plazo de la deuda americana. La magnitud de este nuevo impulso es aún incierta, pero puede ser significativa este año, y se añade al fuerte estímulo adicional previsto en Europa desde mediados de 2021 tras el desbloqueo del fondo de recuperación europeo. Otros factores de apoyo durante los próximos doce meses son la eliminación de la incertidumbre sobre el acuerdo del brexit, la resistencia de la economía china y su tirón del sector manufacturero a nivel global, que ha supuesto un factor estabilizador en el resto del mundo.
El resultado de todas estas fuerzas será probablemente un crecimiento del PIB mundial moderado en el cuarto trimestre de 2020 (los datos se conocerán pronto) y en el primero de 2021, con una aceleración paulatina a partir del segundo y, sobre todo, a mediados de año, cuando se espera que las campañas de vacunación estén avanzadas, al menos en los países desarrollados. En conjunto, habremos tenido un panorama de una economía muy volátil en el bienio 2020-21, con crecimientos medios del -2,6% en 2020 y del 5,3% en 2021 a nivel global, que nos dejará aún lejos de alcanzar la tendencia de la actividad previa a la pandemia. Por grandes regiones, se espera que China supere al resto con un crecimiento este año de un 7,5% sin necesidad de estímulos fiscales adicionales (tras haber sido el único de los grandes con crecimiento positivo en 2020, del 2,2%); EE. UU. podría avanzar un 3,6% este año -o más, si se materializa a tiempo el nuevo estímulo fiscal-, lo mismo que ha caído en 2020; mientras que la eurozona podría crecer alrededor del 4% tras una recesión estimada del -7,3% en 2020, claramente por debajo de las dos grandes regiones en el conjunto del bienio.
Para 2022 se espera que continúe la recuperación de manera decidida (crecimiento global del 4,1%), con una situación sanitaria mucho más despejada y unos programas fiscales en pleno apogeo, necesarios para compensar los destrozos económicos de la pandemia. Sin embargo, el panorama por entonces habrá generado otras dudas: niveles de endeudamiento público y privado muy elevados, necesidad de retirada paulatina de los estímulos monetarios y fiscales, y cambios en los comportamientos de consumidores y empresas que pueden perdurar en algunos casos y modificar el paisaje de muchos sectores. No nos vamos a aburrir.