“La razón de ser de un sistema obligatorio de ahorro previsional es que no tengamos población mayor vulnerable sin ingresos básicos.”  (Foto: Andina)
“La razón de ser de un sistema obligatorio de ahorro previsional es que no tengamos población mayor vulnerable sin ingresos básicos.” (Foto: Andina)

Daniel Córdova

Economista (1)

La campaña de relaciones públicas de las AFP contra el proyecto de reforma del sistema de pensiones liderado por Carmen Omonte, ha sido propia de nuestros Tiempos Recios. El proyecto, con el que concuerdo solo parcialmente, tiene dos coincidencias con la propuesta del  Plan de Gobierno de APP: generaliza la capitalización individual y le quita a las AFPs el monopolio de la gestión de fondos recaudados de manera obligatoria. Es falso, como se ha dicho, que se proponga la estatización general de la gestión de dichos fondos y menos aún la expropiación de los mismos, como sí sucedió en la Argentina peronista.

El sistema de pensiones del Perú fue una mediocre copia del chileno y ha sido el más claro reflejo del carácter excluyente de nuestro modelo económico. Para empezar, dejó de lado a la gran mayoría, los y trabajadores y emprendedores  informales, que sabemos son el 70% de la Población Activa. Y se mantuvo la ONP y su cuestionable sistema de reparto en el cual, ella sí, le “roba” a miles de trabajadores que no llegan a cumplir 20 años de cotización. Finalmente, mantuvo bloqueados los fondos de trabajadores que cotizaron solo unos años y se quedaron sin trabajo formal.

El gran aporte para los que cotizan activamente en una AFP es la capitalización individual. Pero aún así, el problema es que la comisiones que han cobrado son leoninas y poco transparentes. Un Fondo Mutuo cobra 1-2% sobre lo administrado. Las AFPs nos han cobrado 20% sobre cada aporte. En realidad, se dice, es una comisión “anticipada” ya que no se cobra sobre el saldo administrado. No es el caso. La prueba es que esos ingresos se registran contablemente como ingresos del año y, en consecuencia, se cobran dividendos “anticipados” cada año. Y ojo con la rentabilidad para el afiliado: debe ser calculada sobre la base del aporte incluyendo la comisión, no descontándola, como lo hacen ahora. Así, por ejemplo, un fondo traspasado de una AFP a otra deja la comisión contabilizada en la administradora original, sin fondos que sustenten su administración futura en la AFP nueva para el afiliado.

La justificación de las comisiones son los altos costos operativos y la cantidad de analistas “genios de las finanzas” que hay que tener con sueldos y gollerías. Bueno, la reforma Omonte propone que esos costos operativos los asuma el ente estatal y que (cosa con lo que no estamos de acuerdo) se remunere solo en función de resultados a gestores de fondos privados, compitiendo liberemente en función de la rentabilidad obtenida. El hecho es que gran parte de la inversión gestionada por las AFPs se dirige a fondos internacionales o nacionales gestionados por otros gestores que también cobran su comisión (esta vez al dinero de los pensionistas), o en bonos soberanos que no requieren mayor análisis. Solo una porción menor se invierte en renta variable y requiere de un análisis fino. Tener una AFP es pues un gran negocio: la demanda es obligatoria y se reparte entre “cuatro gatos” idénticos. Nunca han dejado de ser rentables, ni en el pandémico 2020.

La razón de ser de un sistema obligatorio de ahorro previsional es que no tengamos población mayor vulnerable sin ingresos básicos. En consecuencia, lo obligatorio debería ser cotizar únicamente lo necesario para disponer de un ingreso mínimo, cuando ya no se pueda trabajar. Es esto lo que podría administrar, por ejemplo, la SBS o el BCR, estableciendo claramente los instrumentos de ahorro que se perciban de bajo riesgo. El resto del ahorro previsional debe ser voluntario e incentivado tributariamente (y cotizado via IGV). Y si en el fondo obligatorio se incluye una porción solidaria, no me molestaría en lo absoluto.

El circuito financiero que se beneficia a las AFPs, incluye a un reducido número de corporaciones peruanas que han recibido aportes de capital o préstamos baratos con nuestra plata. Es este el establishment que promueve este “mercantilismo financiero” (ver mi artículo en , a propósito del debate a inicios de pandemia sobre los retiros del dinero de las AFPs) que nada tiene que ver con la libre competencia.

A muchos “liberales” se les ha visto el fustán defendiendo un monopolio impuesto por Ley y atacando al Congreso cuando exige que se le devuelva su plata a los afiliados a las ONP. A estos últimos sí les ha descontado (robado) en cash el Estado y se rehusa a devolverlo. Y no hay cuenta individual en donde puedan ver sus aportes. Pero ellos no importan. No forman parte del circuito cerrado que ha comprado a medio Lima para mantener su renta de nuestros aportes. Menos aún importan los informales que no tienen nada.

PD: Pueden leer la propuesta de reforma de APP en el Plan de Gobierno que está colgado en la página del JNE. Ahí están las ideas y propuestas de dicho Partido. Gracias.

(1 ) Jefe de Plan de Gobierno de APP.

TAGS RELACIONADOS