Ex ministra de Trabajo y Promoción del Empleo
Con la aprobación de los lineamientos y principios rectores del nuevo Sistema Previsional Peruano, aprobado por la Comisión Especial del Congreso, se ha iniciado el debate de una de las reformas más importantes para el país: la reforma del sistema previsional. Hoy sólo 3 de cada 10 peruanos podrá jubilarse con una pensión.
¿Por qué es importante? Porque el Perú carece de un sistema previsional idóneo que garantice a los peruanos en situación de vejez contar con una pensión de jubilación, de invalidez o de sobrevivencia justa y digna, que le permita atender sus contingencias y necesidades básicas. Hoy estamos lejos de ese objetivo y es urgente abordarlo si no queremos que el problema nos estalle como en Chile. Ni nuestro sistema privado (AFPs) ni el público(ONP) han podido satisfacer ese elemental derecho.
La necesidad de la reforma es indiscutible y nadie debería oponerse pues no podemos dejar las cosas como están. Sin embargo, debemos evitar “correr” para aprobarlo. Es loable que la Comisión Especial haya puesto el tema en la agenda pública; sin embargo, necesitamos señales más claras y una metodología predecible. No es sano discutir fracciones del documento pues genera mucha confusión. Necesitamos ver el paquete completo. Es importante que la Comisión muestre además cuál será el proceso para el debate y los sustentos y evidencias que sustenten los cambios. En lo posible, debería evitar tomar decisiones que puedan percibirse como basadas en el cálculo político. En pleno proceso electoral, el riesgo es muy alto.
La Comisión ha puesto en debate los lineamientos centrales que, con algunas excepciones, son mayormente positivos: a) contar con un sistema único e integrado, poniendo fin a los compartimentos estancos entre AFP, ONP, pensión 65 y militar-policial; b) tener un liderazgo claro de una institución en su conducción y c) la existencia de un sistema basado en tres pilares: i) El pilar básico universal, no contributivo, que garantice pensiones para todos ii) El pilar contributivo obligatorio, con cuentas individuales y un fondo colectivo solidario y iii) El pilar de ahorro voluntario, para los que quieran lograr una mayor pensión.
Lamentablemente, el hecho de no tener un documento de sustento ha generado por lo pronto algunas dudas razonables: ¿Cuál será el rol de la nueva entidad pública? ¿Será un regulador, administrador o gestor de fondos? ¿Cómo se garantizará su tecnicismo e independencia? Y de otro lado: ¿cómo se financiará el fondo colectivo en el pilar contributivo? ¿saldrá de los aportes individuales? ¿cuánto y por qué? Estos temas no han sido bien explicados y despierta desconfianza sobre todo en aquellos que no desean que el Estado maneje sus fondos ya que esa no fue su elección.
La Comisión Especial debería lograr tener un documento completo que sustente el proyecto e iniciar un amplio proceso de discusión en universidades, gremios, sindicatos, organizaciones civiles, expertos nacionales e internacionales. El actual Congreso cumpliría largamente su misión iniciando ese importante debate. El siguiente Congreso debería retomar el tema y aprobarla, luego de la necesaria discusión. Tenemos una buena oportunidad de hacer las cosas bien.