"Así como los billetes falsos alteran precios, desinforman y destruyen la confianza en la moneda, la facilidad con la que hoy se pueden suplantar personas o instituciones en textos, audios o videos también destruye la confianza entre nosotros y la reputación de personas e instituciones".
"Así como los billetes falsos alteran precios, desinforman y destruyen la confianza en la moneda, la facilidad con la que hoy se pueden suplantar personas o instituciones en textos, audios o videos también destruye la confianza entre nosotros y la reputación de personas e instituciones".

¿Cara chica o cara grande? Fue la respuesta que recibí, en perfecto español, en el hotel en Luanda, cuando al querer cambiar un billete de 100 dólares pregunté por el tipo de cambio kwanza-dólar. Visité Luanda como parte de una misión del Fondo Monetario Internacional para asistir al Gobierno de Angola con los problemas que enfrentaba en su sistema de pagos en ese momento. Confieso que me sorprendió mucho esa respuesta, pero me explicaron inmediatamente que la diferencia más evidente entre los billetes de dólar antiguos y los billetes de dólar nuevos está en el tamaño de la cara de Benjamin Franklin. Los billetes antiguos tienen una cara chica de Franklin y los billetes nuevos tienen una cara grande.