(Foto: Andina)
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El Congreso y el Gobierno de alcanzaron su mayor cota de tensión y afirmaron la promesa de que mayores enfrentamientos están por venir, después de que el Parlamento archivara el proyecto de adelanto electoral impulsado por el Ejecutivo y este respondiera que “no se quedará de brazos cruzados”.

El choque entre los poderes del Estado peruano no parece tener una solución aparente, con posiciones cada vez más distanciadas y con todo el país a la expectativa de ver qué pasos concretos dará ahora el Gobierno, que ve en unas nuevas elecciones un paso esencial para abordar la lucha contra la corrupción pero que tiene cada vez más limitados los pasos legales para conseguirlo.

Pese a que el escenario era previsible, con un Congreso dominado por el fujimorismo y sus aliados de derecha y extrema derecha radicalmente opuestos al proyecto, tanto el modo en que se produjo, con una bronca sesión en la Comisión de Constitución, como la enigmática y combativa respuesta gubernamental expresada por el primer ministro Salvador del Solar, dejaron la sensación de que la tormenta aún no se ha desatado con toda su intensidad.

El pasado 28 de julio, el presidente de Perú, , propuso una reforma constitucional que habilitara un adelanto de las elecciones generales (Presidencia y Congreso) de 2021 a 2020, para superar así la tensión política causada por la imposibilidad del diálogo entre ambos poderes.

A regañadientes, con demoras, y muchas críticas, el Congreso de mayoría opositora procesó el trámite hasta que súbitamente la Comisión de Constitución llamó este miércoles a una sesión para votar el archivo de la iniciativa.

En un bronco encuentro, los grupos parlamentarios de izquierda y los aliados del Gobierno, en minoría, pidieron que el proyecto pasara al pleno para su debate general para que todos los ciudadanos, que según las encuestas apoyan abrumadoramente los planes del Gobierno, pudieran ver qué votaban todos los diputados.

Vizcarra, pese a saber que los grupos contrarios al proyecto dominan ampliamente la cámara, expresó varias veces que confiaba en que el proyecto fuera aprobado en el pleno, una circunstancia que la Comisión de Constitución se encargó de liquidar.

Parte de la tensión del día, y de la marcha forzada en la votación, se debió también a la posibilidad de que Vizcarra empleara el recurso de proponer una la moción de confianza sobre este tema.

Este recurso hubiera habilitado al presidente a disolver el Congreso y convocar nuevas elecciones en caso de que éste le negara el apoyo, un paso constitucional pero calificado en varias ocasiones como golpista por sus opositores.

Los aliados del Gobierno denunciaron que el interés por archivar con rapidez era precisamente para evitar que el presidente empleara ese mecanismo, que no se puede aplicar sobre un proyecto ya técnicamente cancelado.

Así se interpretó el hecho de que la presidenta de la comisión, la polémica fujimorista , limitara los tiempos de intervención.

Al final, todos los diputados que pedían llevar el debate al pleno, menos uno, se levantaron de la mesa disgustados por la actitud de la presidenta.

La respuesta del Ejecutivo fue dura y enigmática, protagonizada por el primer ministro, junto con todo el Gobierno, salvo Vizcarra.

"¿Vamos a permitir que una vez más los intereses de la patria sean puestos por debajo? Nuestro Gobierno no se va a quedar con los brazos cruzados", afirmó Del Solar en una declaración pública donde no aceptó preguntas.

"Vamos a actuar con la autoridad y fortaleza que nos da la constitución y leyes y con la responsabilidad que este parlamento no ha sabido demostrar hoy", añadió.

Del Solar también lanzó un mensaje de movilización ciudadana, pues apeló a "su conciencia cívica, responsabilidad, patriotismo y vigilancia".

"No permitamos que nuestros derechos una vez más sean pisoteados", apostilló.

Sin embargo, Del Solar no adelantó ninguna política concreta.

Tras la declaración, los ministros volvieron a reunirse en Palacio de Gobierno por varias horas mas, de donde salieron serios y sin dar ningún mensaje a la prensa.

En medio de esta crisis también asomó una nueva tormenta en el horizonte para la próxima semana, donde también por iniciativa fujimorista, se iniciará el proceso para renovar a seis de los siete miembros del Tribunal Constitucional.

En ese sentido, Del Solar advirtió de los planes opositores para copar ese organismo, el máximo órgano de interpretación de la Constitución, con una lista de candidatos elaborada en "apenas media hora".

Ese organismo sería el encargado de valorar si procede cualquier iniciativa del Ejecutivo para, por ejemplo, llevar a cabo un proceso de moción de censura.